Revista nº 1036
ISSN 1885-6039

Brufau, go home! (carta).

Martes, 28 de Marzo de 2017
Ben Magec-Ecologistas en Acción
Publicado en el número 672

¿De verdad es retrógrado querer tener calidad de vida utilizando las energías renovables? ¿Es de retrógrados querer seguir teniendo nuestro mar, ese elemento que nos rodea, que nos da la vida y gran parte de la economía, a salvo de buitres que lo exploten para sus propios beneficios?

 

 

Desestimado señor Brufau,

 

Ante las declaraciones que usted realizó el pasado 15 de marzo de 2017 [en El Día] sobre el intento de realizar prospecciones en aguas cercanas a Canarias, a saber:

- Fue un dolor de muelas serio.

- A mí esto me parece retrógrado, pensar que la modernidad pasa por no tener energía es tanto como insultar a los países emergentes que necesitan energía para crecer. El mundo necesita energía, lo que pasó en Canarias me pareció una pena, tercermundista.

 

Quisiéramos por un lado, agradecer su reconocimiento al movimiento social contra las prospecciones: es agradable saber que nuestra lucha dé dolor de muelas a quienes intentan destruir nuestro territorio. De ese comentario deducimos que nos reconocen esa gran labor de defensa de nuestro océano.

 

Por otro lado, el segundo comentario requiere mayor detención. Ha utilizado la palabra retrógrado para referirse a todas esas personas, que generaron un movimiento que por un lado luchaba por la paralización de las prospecciones petrolíferas, conociendo todos sus riesgos, y por otro lado gritaba a los cuatro vientos, y nunca mejor dicho, que en Canarias ¡NOS SOBRA ENERGÍA! ¿De verdad es retrógrado querer tener calidad de vida utilizando las energías renovables? ¿Es de retrógrados querer seguir teniendo nuestro mar, ese elemento que nos rodea, que nos da la vida y gran parte de la economía, a salvo de buitres que lo exploten para sus propios beneficios? ¿Acaso no hay suficientes ejemplos bélicos y de catástrofes ambientales en el mundo por culpa del petróleo, como para ser ciudadanía consciente y posicionarnos claramente en un rechazo absoluto al proyecto de enriquecimiento de Repsol?

 

De retrógrados, señor Brufau, es vivir en el siglo XXI y no querer ver que la sociedad ya tiene información, y no es fácilmente manipulable. Nuestro futuro, como archipiélago, lo vemos verde y renovable. Si usted no lo acepta, es su problema. Gestióneselo.

 

Luego dice que pensar en la modernidad pasa por no tener energía es tanto como insultar a los países emergentes que necesitan energía para crecer. “La modernidad”, ese invento de las grandes empresas y el mercado, que buscan ser dueños del mundo, no pasa por seguir extrayendo petróleo, sino por hacer un uso más inteligente de los recursos, reducir el consumo y hacerlo de manera más eficiente. Nosotras nunca hemos dicho que no necesitemos energía, parece que era obvio; aun así se lo volvemos a explicar por si no lo entendió: sí queremos, y tenemos, energía, pero la queremos limpia y renovable. Exigimos un nuevo modelo energético (puede consultar a las plataformas que se han constituido por expertos si así lo desea) que se establezca de manera participativa y democrática. No queremos ni necesitamos su modelo de energías fósiles.

 

¿Posicionarnos en un claro rechazo a las prospecciones petrolíferas es insultar a los países emergentes que necesitan energía para crecer? Insultar esos países, que usted denomina emergentes, es por un lado denominarlos así, ya que los posiciona en un nivel inferior, de dependencia; y, por otro lado, es no reconocer el saqueo histórico y actual de los recursos naturales (o bienes comunes) de todos esos países que usted llama emergentes, actitudes colonialistas y neoliberales que persisten y están lideradas por el gran Norte, es decir: Francia, España, Alemania, Estados Unidos, Rusia, Japón, y un gran listado que se lo ahorramos, porque lo conoce de primera mano. Walter Roadney, escritor e historiador guyanés, en su libro Cómo Europa subdesarrolló a África, decía: El desarrollo africano fue bloqueado, detenido y retrasado. Y no se introdujo nada que pudiese compensar esa obstrucción e interrupción. La asfixia europea de África sigue ocurriendo, con lo que lo ético (y justo) obviamente sería reconocer las historias reales de los países africanos y sus gentes, reconstruir mucha de la historia africana que se eliminó incluso de los mapas y hacer público los negocios fraudulentos entre gobiernos europeos y africanos que provocan la dependencia y el eterno estancamiento de los países del Sur.

 

¿Energía para crecer? Los países que usted llama emergentes, señor Brufau, tendrán su propio planteamiento de crecimiento. Lo que significa crecer para usted y los suyos no tiene que significar lo mismo, y de hecho no lo significa, para nosotras. Si le apetece un día podemos concertar un debate sobre “desarrollo”.

 

Además, en un ejercicio de altivez y soberbia, imitando actitudes del enemigo de Canarias que le precede, José Manuel Soria, afirma que el mundo necesita energía, lo que pasó en Canarias me pareció una pena, tercermundista. El mundo ya tiene energía, lo que no necesita es personas como usted y empresas como la suya que tenga como objetivos enriquecerse a costa de la destrucción de la naturaleza y el deterioro de la calidad de vida de las personas. Lo de describir todo un movimiento de lucha ciudadana y organizada como tercermundista, denota claramente su soberbia, como niño encaprichado que no comprende un NO. Y, por otro lado, si pretende ser descalificativo con ese adjetivo, lo único que hace es empeorar su imagen. ¿Quién decide qué es ser del primer mundo? ¿Por qué hay tres? ¿Y por qué decide usted que estar en el primero es algo positivo? Le dejamos una reflexión de Walter Mingolo, filósofo y semiólogo argentino, por si le ayuda a crearse una respuesta:

El Tercer Mundo no fue inventado por la gente que habita en el Tercer Mundo, sino por hombres e instituciones, lenguas y categorías de pensamiento del Primer Mundo. La teoría de la dependencia fue una respuesta al hecho de que el mito del desarrollo y la modernización ocultaba que los países del Tercer Mundo no podían desarrollarse ni modernizarse bajo condiciones imperiales.

 

Dice usted también que se siente particularmente orgulloso del hallazgo de petróleo en Alaska y su consiguiente explotación. Sus intereses y declaraciones vuelven a desenmascararle. Debería avergonzarse de que el necio gobierno estadounidense, que vive de espaldas a la realidad del cambio climático y las catástrofes ambientales, y que provoca, además, conflictos humanitarios como lo que ocurre en Standing Rock (Dakota del norte) con el rechazo del pueblo sioux a la imposición de un oleoducto, sea quien le abra las puertas de par en par.

 

Por último dice que hay que tener universidades mejores, más exigentes y vincular más la universidad a la empresa. ¿Vincularlas aún más? ¿Seguir fabricando personas para que luego crezcan en frustración con un mercado específico que no se ajusta a sus intereses? Por su bien, hágase mirar su privaticitis aguda, esto de querer privatizar todo es una idea que solo les conviene a ustedes, empresarios y políticos circundantes por puertas giratorias.

 

Por todo esto, señor Brufau, le pedimos una reflexión sobre sus desubicadas palabras y le aconsejamos salga de su oficina a ver mundo, adelantándole que ha cambiado en la última década. Es aconsejable leer y pensar, antes de hablar. Le agradecemos su preocupación por el cambio de modelo económico de Canarias, pero le recordamos que aquí “NOS SOBRA ENERGÍA”, y de la limpia, para decidir sobre nuestro presente y futuro.

 

 

Carta de Ben Magec – Ecologistas en Acción en respuesta a las declaraciones de Antonio Brufau y recogidas por el periódico El Día unas jornadas atrás.

 

 

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