«El oscuro», «Utopía», «Sextina del hombre solo», «El hombre que no sabe», «Utopía del Edén» y «Epílogo en la isla» son algunos de los títulos de los 20 poemas que se pueden leer en este nuevo libro de Atlántica.

Además, a lo largo de sus 76 páginas, el lector encontrará sonetos alejandrinos, poesías de nueve tercetas y poemas compuestos de sextinas; una distribución de los versos que no es para nada azarosa, todo lo contrario, la concienzuda estructura de El libro de la duda es tan simétrica como un objeto y su imagen ante un espejo o como un número o una palabra capicúa, tal y como explica en el epílogo Domingo Báez. Por otro lado, según este crítico literario, el poemario, en sus primeras páginas podría entenderse como «una reconstrucción poética de un mundo destruido y en silencio», pues, estos versos iniciales se presentan «llenos de reminiscencias mitológicas, acaso bíblicas», y en ellos «hay una cosmogonía, una génesis, una explicación del mundo».

La escritora Maiki Martín Francisco comentó en una entrevista a Cecilia Domínguez que esta poeta «concibe la literatura como un juego en el que debe intervenir el lector. Sus poesías van de lo más particular a lo más absoluto, a través de una ironía sutil, de una risa profunda que nos conmueve y nos obliga a reírnos del mundo».

Asimismo, el doctor en historia José M. Castellano, en su libro La cultura a debate, dibuja el siguiente perfil de Cecilia Domínguez: «es una poetiza preocupada por el futuro de la humanidad, por el aumento de la xenofobia y el racismo, por la pobreza y las diferencias sociales y por la pérdida de sensibilidad del hombre. El paso del tiempo es su principal enemigo y la idea de la muerte le preocupa como pérdida de la individualidad. La escritura es el ritual necesario en su vida y la lectura su pasión complementaria desde muy joven. La poesía le ha dado grandes cosas e incluso le ha salvado la vida y le ha permitido la oportunidad de conocer a José Hierro, Rafael Arozarena, Pedro García Cabrera... No se arrepiente de nada, aunque la vida también le haya quitado algunas cosas. Cree que la poesía es, sobre todo, un arma cargada de futuro, un canto de verdades y está convencida que si el mundo se salva es por la palabra».


Datos de la autora.

Cecilia Domínguez Luis nace en La Orotava (Tenerife) el 17 de octubre de 1948. Licenciada en Filología Hispánica, fue secretaria de la revista Arte y Literatura Fetasa y pertenece al comité de redacción de la revista Cuadernos del Ateneo, editada por el Ateneo de La Laguna. Como poeta ha publicado doce libros: Porque somos de barro (1977), Objetos (1981), Presagio de sueños en las gargantas de las palomas (1981), Un cierto sabor ácido para los días venideros (1987), Víspera de la ausencia (1989), Poemas 1981-1992 (1993), Y de pronto anochece (1997), Así en la tierra (1999), Solo el mar, en colaboración con el fotógrafo Carlos Schwart (2000), Doce lunas de Eros (2003), ilustrado por doce pintores canarios. En el año 2003 publica una antología de su obra con el título Octubre. Su último libro de poemas, Azogue, apareció el pasado 2005. En 1994 edita su primera entrega narrativa, el libro de cuentos Futuro Imperfecto, y en el año 2002 su primera novela, El viento en contra.