Este documental etnográfico parte de la experiencia personal de un antiguo alumno de don Tomás que, queriendo saber más cosas acerca de su maestro ya desaparecido, realiza un itinerario que va desde los orígenes del juego del palo hasta la situación actual en la isla de La Palma.
Don Tomás Hernández Medina fue un campesino y ganadero humilde de Garafía que aprendió a jugar al palo secretamente en el monte entre los años 40 y 50 del s. XX. En los 90, poco antes de fallecer, pudo enseñar su “arte” abiertamente a un pequeño grupo. El juego del palo, de origen milenario, es uno de esos préstamos del pasado que hemos de legar al futuro como parte del patrimonio del conocimiento humano.