Revista nº 1041
ISSN 1885-6039

Carta Etnográfica agrícola e ingeniería tradicional.

Viernes, 24 de Agosto de 2007
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 171

Del estudio saldrá un mapa detallado de la ubicación y el estado de estas estructuras que permitirá incrementar su protección.


Un equipo de investigación compuesto por dos geógrafos y dirigidos por una técnico de Patrimonio Histórico del Cabildo se encuentra desarrollando desde principios del pasado mes de julio la Fase I de la Carta Etnográfica de Fuerteventura, un estudio que determinará durante los próximos seis meses cuál es el estado de conservación y en qué medida siguen en funcionamiento las antiguas estructuras de ingeniería hidráulica y de cultivo que existen en los municipios de La Oliva y Puerto del Rosario. El equipo se reunió días atrás en el Cabildo con la consejera del área, Genara Ruiz, para concretar los pormenores del trabajo.

La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo la lleva a cabo y coordina la técnico de la Corporación Insular, Milagros Estupiñán, con el objetivo de localizar, cartografiar y catalogar “todas esas estructuras tradicionales que como muchos aljibes, pozos, gavias, maretas, molinos, alpendres, pajeras o eras que hay repartidos por la Isla, no están debidamente catalogados ni existe un registro oficial de su existencia, por lo que se protección resulta imposible si no contamos primero con esta carta etnográfica que estamos desarrollando”, explicó la consejera del área, Genera Ruiz.

El presente proyecto, el primero de la Carta Etnográfica de Fuerteventura dirigida a bienes materiales está denominado ‘Inventario de Bienes Inmuebles: La actividad Agrícola y la Ingeniería Hidráulica Tradicional’, y supone la primera piedra de un ambicioso proyecto.

“Una vez completada la carta en su Fase I, en el norte de la Isla, y las fases II y III en el centro y en el sur, la idea es tratar de poner en marcha este mismo tipo de iniciativa pero ampliando el objeto de estudio al resto de actividades tradicionales económicas, productivas, extractivas y comerciales de la cultura majorera que predominaban en la Isla antes de la irrupción del turismo”, explicaba la consejera, en referencia a la Ganadería, la Pesca, los Transportes, etc.

La coordinadora explicaba como la elección en primer lugar de las infraestructuras hidráulicas y de cultivo se debe a que “se trata de los elementos más vulnerables a la expansión urbanística que experimenta la Isla actualmente, por lo que su descripción y catalogación es fundamental para que pueda aplicarse la protección más conveniente a cada caso”.

Los dos técnicos geógrafos involucrados en el proyecto, de acuerdo al convenio firmado por el Cabildo y el Servicio Canario de Empleo, se han encargado durante este primer mes y medio de trabajo de la fase de documentación. El contacto con otras áreas del Cabildo como Ordenación del Territorio, Medio Ambiente, Agricultura, la consulta en el Centro Bibliotecario Insular de los escasos documentos existentes y la revisión de estudios anteriores han supuesto el inicio de una base documental que permitirá conocer en el futuro y de modo automático el mapa etnográfico completo de Fuerteventura a través de Internet.


Trabajo de campo.

“Al empezar de cero todo es más complicado”, relataba uno de ellos, “pero ahora que hemos comenzado el trabajo de campo nos damos cuenta que si además de un aljibe o un pozo interesante localizamos un establo, lo fotografiamos, lo cartografiamos y lo describimos porque sabemos que estamos ahorrando el trabajo de más adelante”.

Las herramientas, un vehículo, mapas, una cámara de fotos, un GPS, el Google Earth y los testimonios de las personas de Fuerteventura “que han conservado en su memoria, heredado de sus antepasados, los vocablos, términos y actividades, etc., de todos estos bienes culturales que nos van a permitir recuperar, conservar y divulgar para futuras generaciones”, apuntaba el mismo técnico.

Ruiz Urquía apuntó para finalizar que “la realización de este proyecto va a ser muy importante para el patrimonio histórico de la Isla, puesto que la clasificación de estructuras que hasta ahora no estaban catalogadas nos van a permitir ampliar la protección de estos bienes con la creación de nuevos BIC (Bien de Interés Cultural), al tiempo que será posible justificar nuevas actuaciones de restauración y rehabilitación de elementos de alto valor histórico que de otro modo estarían destinados a ser destruidos por la presión de nuevas construcciones”.


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