Bien sabemos los que en algún momento de nuestras vidas hemos dedicado esfuerzos a desentrañar la realidad canaria, que en estas islas donde nos tocó la vida, casi nada o más bien nada es inocente. Eso nos recordaba constantemente nuestro maestro Eugenio Padorno y es una sentencia que a mi entender no deja de llenarse de razones; cada vez creo más en ella, y la realidad, lejos de desmentirla, la afirma con más ganas.

No es inocente, por ejemplo, que hoy nos convoque un bucio, que siempre fue llamada de atención, que sabe a mar cuando le arrimamos el oído y retumba como un barranco cuando le arrimamos los labios. No es inocente que sea un caracol, encantado sin duda alguna, el que aquí nos tenga hoy celebrando la vida y las huellas de BienMeSabe.org, cuyo nombre tampoco es inocente: porque trae consigo la dulzura de la tierra, que solo nos es dada tras el amargo trabajo de doblar el lomo bajo la sombra poética de los almendreros y porque saber tiene que ver con sabor pero también con sabiduría. Tampoco debe ser inocente que la vida vuelva a juntarme con mi querido José Miguel Perera, compañero de travesías desde que la filología enyugó nuestros caminos; que en el consejo de redacción de El Bucio figuren, entre otros seres tenaces, mis queridos traductores Iván Vega y Tenesor Rodríguez, que arrimaron su talento a una época irrepetible y calibánica que convirtió el Campus del Obelisco en un asombro constante y en un aprendizaje que no cupo en las aulas. Y tampoco es casual que haya diseñado y maquetado el volumen, magistralmente como siempre, mi querido Sergio Hernández, otro de los cómplices de aquel tiempo, de aquellos años en los que se acababa un siglo y un milenio y, sin embargo, teníamos la impresión de que casi todo estaba empezando.

Concurso Canarias Jugando, en Vallehermoso (2007), con jóvenes de todas las Islas.

Organizado por BienMeSabe.org y la Consejería de Educación canaria.

El maestro Lino da la bienvenida con el silbo

BienMeSabe.org en la Bajada herreña de 2013

Todas esas razones, y otras muchas que supondrán, hacen de este un momento más que gozoso para mí. Ser parte de la presentación de una nueva publicación, de otra botella que se lanza al mar de las opiniones, deseosa de encontrar orillas y lectores que le den sentido a su travesía siempre es una enorme suerte, y en este caso se da la circunstancia de que honramos el trabajo que desde hace casi dos décadas se viene desarrollando de forma brillante desde BienMeSabe.org. Tuve la fortuna, convidado por el amigo Manolo Abrante, de asistir al nacimiento de este sueño que no ha dejado de crecer desde que viera la luz en 2004. He aportado en diversos momentos lo que buenamente he podido y como lector y docente visito con gustosa rutina sus publicaciones. Por eso debo expresar sin ningún tipo de reservas y sin que me salpique mérito alguno, pues considero no tenerlo, mi felicitación más efusiva a BienMeSabe.org y a todas y cada una de las voluntades que lo hacen posible. Y si felicitamos al homenajeado no merece menos honores quien lo homenajea, en este caso la Fundación Canaria Tamaimos, que le concedió su último premio y que ahora vuelca, en la tercera entrega de El Bucio, un homenaje a modo de antología del trabajo publicado durante casi dos décadas de vida.

El certero editorial de la publicación explica con absoluta claridad y precisión la naturaleza de esta entrega que hoy presentamos y hace memoria del importante esfuerzo que supuso pensar a principios de este siglo en una publicación digital cuando este mundo no era, ni mucho menos, el que es hoy. Podría alguien decir, queriendo ser objetivo, que no dejan de ser dos décadas, pero quizá podría argumentarse, sin faltar a la verdad, que dos décadas del siglo XXI parecen dos siglos de los que empezaban por diez. Por aquel entonces no existían otras redes sociales que conversadas y mentideros, los teléfonos se usaban más bien para llamar por teléfono y toda la inteligencia conocida era natural. Pues fue entonces, en 2004, cuando nació BienMesSabe.org para contar el mundo presente y pasado con las herramientas del futuro y darle, por tanto, a ese universo tan difícil de definir de la cultura popular, un horizonte que se merecía y que reclamaba a gritos. Y casi veinte años después nos sigue sabiendo bien esta receta que atesora la herencia de los viejos sabores, pero que se elabora en los modernos foros de un tiempo al que ni podemos ni debemos renunciar.

José Miguel Perera en la última presentación de El Bucio en el X Campus de Etnografía y Folklore de Ingenio

Imagino, ya lo dice el editorial, que no debió resultar sencillo resumir el gigantesco caudal de tantos años repletos de publicaciones en las ciento siete páginas que hoy presentamos, pero como también se cita en el texto introductorio, bien puede decirse que la elección resultante es más que significativa porque los veintidós artículos, la entrevista, la reseña, la receta y las cuatro secciones en las que se puede acceder a diversos contenidos digitales, recorren todas y cada una de las islas, distintas épocas, variadas temáticas y traen firmas también diversas, habituales y ocasionales. Y haciendo gala de una generosa concepción del concepto de cultura, que tiene que ver más con el comportamiento que con el arte, abarcan rumbos tan diversos que conforman una riquísima miscelánea que no hace otra cosa que definir, desde esa diversidad incontestable, lo que son estas islas bien sabidas por BienMeSabe.org. Hay textos que generan debate, otros que ponen en cuestión verdades teóricamente asentadas, reflexiones más o menos líricas sobre distintas huellas patrimoniales, reseñas de obras publicadas y de personajes imborrables: desde el mediático Nanino Díaz Cutillas hasta el más desconocido José Luis Cabrera pasando por los desaparecidos en la Guerra Civil, por María Mérida o costureras como las satauteñas Elvira Santana o Nena Pérez. Firman los textos autores de ámbitos tan diversos como Alexander von Humboldt, Antonio Betancor o María Victoria Hernández y cabe, con esta última, una especial alusión y un agradecimiento expreso, hablando de labores altruistas y comprometidas, para los activos cronistas oficiales de Canarias que en muchos de los casos exceden sus obligaciones principales para ofrecernos verdaderos tesoros de sus ámbitos que acaban siendo nuestros gracias a su generosidad. También me permitirán compartir la felicidad de leer un artículo del siempre querido Pedro Grimón, hombre clave en tantas y tantas batallas libradas en la dignificación de la cultura heredada. Vuelve además BienMeSabe.org a rimar con los tiempos que corren ofreciéndonos en cuatro secciones casi cuatro decenas de archivos audiovisuales de variada índole, accesibles a través de un código QR, que vienen a demostrar lo que tantas veces hemos dicho: la extraordinaria capacidad de la cultura popular para encontrar dónde dejar huellas en los caminos nuevos que el tiempo le va poniendo por delante. Seguramente por eso ha resistido heroicamente el paso del tiempo, porque es raíz, que no se ve pero está, y garantiza, sin embargo, que se siga viendo lo visible.

Los convido decididamente a adentrarse en las páginas de este volumen fecundo y generoso. Les adelanto que se irán de romería, se llenarán de polvo indiano, beberán sándara, calzarán alpargatas, responderán al rancho de ánimas, volverán a emocionarse con Nanino, sentirán los golpes dados al yunque, enhebrarán agujas, denunciarán a los que quieren arrebatarle sus casas a los vecinos del Casco Viejo de Corralejo y llegarán a Venezuela en busca de un paisano. Eso sí, al final del viaje hay caldo de asadura, del de Arafo, y el paseo por estas páginas que tanto nos conocen les garantizo que merita la pena.

El presente texto fue leído por su autor, colaborador y miembro fundador de BienMeSabe.org, en la presentación del n.º 3 de El Bucio, en la Casa de Colón (Las Palmas de Gran Canaria), el pasado lunes 5 de junio de 2023.