Un aforo completo recibía a la actriz, que expresaba su emoción por volver a la Las Palmas de Gran Canaria, una vez más, con una obra que representa para ella un nuevo reto y un nuevo riesgo. “Nunca repito, salto de un género a otro, desde la comedia al drama, porque me estimula lo nuevo, el peligro de abordar un desafío mayor”. La dirección también ha sido una apuesta personal de la propia Nuria Espert, llevada a cargo por Miguel del Arco. Gran actor, guionista y en la actualidad en auge como director gracias a su último éxito en La función por hacer, ha trabajado codo a codo con la conocida actriz, ya que la propuesta es en forma de monólogo dando vida a todos los personajes: es la narradora, es Lucrecia, es su marido, es el violador…
“Un guión apasionante”, en palabras de la actriz, como anoche demostró, que recoge la magnífica traducción realizada por el escritor mexicano José Luis Rivas, “ya que a pesar de haber sido trasladada al castellano no ha perdido la potencia con la que fue escrita por Shakespeare”, ha explicado Nuria Espert.
Argumento. La Violación de Lucrecia está basada en la leyenda del origen de Roma, las luchas por el poder y el papel de la mujer en la época. El contexto argumental refiere la historia mítica que da lugar a la fundación de la república en Roma. Corre el siglo VI a.C. y reina el último monarca romano: Lucio Tarquino. Los generales Colatino y Sexto Tarquino, hijo del rey, rivalizan en una conversación acerca de la fidelidad de sus esposas. Van a sus casas a sorprenderlas, y la de Sexto está de celebraciones mientras que Lucrecia, la de Colatino, está hilando castamente. Sexto Tarquino, tras comprobar que su esposa no le es fiel, viola a Lucrecia, la mujer de Colatino, la cual lo denuncia y luego se suicida. Bruto, amigo de su marido, encabeza entonces una revuelta contra la familia de Tarquino, que acaba derrocando al rey.
El texto es conmovedor, pero es en la voz, en el gesto y sobre todo en el magnetismo que Nuria Espert logra crear a su alrededor lo que la convierte en una representación hermosísima.