La furia del océano se cebó ayer con La Santa, donde el fuerte oleaje causó importantes daños en el pequeño refugio pesquero y destrozó diversos aparejos, como nasas y redes, y materiales de los pescadores de ese litoral del municipio de Tinajo, en el oeste insular. La Aemet había decretado para este martes el aviso amarillo por fenómenos costeros adversos en el mar, un riesgo que desaparece para la jornada de hoy, según la predicción de esa entidad estatal.

Olas de "entre cinco y seis metros de altura e incluso mayores" a primeras horas de la mañana "tumbaron varias piedras de más de 3.000 kilos de peso del muro de contención del varadero y, además, desplazaron los carros que tenemos para sacar y meter los barcos en el agua", aseguró ayer el marinero Cristóbal Olivero.

En previsión del temporal, los pescadores pusieron a salvo días antes cinco de sus barcos en los puertos de Playa Blanca y Arrecife, mientras que los siete restantes los habían alejado de la rampa del varadero y los colocaron en las calles de La Santa, donde también llegó la marea y "los dejó flotando sobre el agua, aunque el daño fue menor si hubieran estado más cerca del mar", dijo Olivero.

El alcalde de Tinajo, Jesús Machín, indicó que "lo que ha pasado ha sido muy fuerte y en algún momento, según uno de los pescadores, las olas alcanzaron los once metros entre las seis y media y siete de la mañana".

Machín señaló también que "la marea arrancó la puerta del depósito de combustible e inundó la maquinilla del varadero", un sistema eléctrico que ayuda a meter y sacar los barcos del agua para su varada en tierra.

Las pérdidas, destacaron el alcalde y los afectados, son "cuantiosas", aunque aún está por determinar el importe de los daños. "Cada carro de las embarcaciones cuesta unos 3.000 euros, lo que da una idea del dinero que hemos perdido", comentó Olivero, que se dedica a la pesca de la gamba.

El ayuntamiento se dirigirá al Cabildo de Lanzarote y el Gobierno de Canarias con el fin de solicitarles ayudas económicas para los profesionales de pesca de La Santa, cuyos medios materiales destinados a ejercer su actividad se han visto mermados por el embate del tremendo oleaje.

Machín aseveró que "si La Santa no llega a contar con el paseo marítimo, que frenó en parte la fuerza de las olas, las consecuencias para las viviendas de los vecinos hubieran sido mayores, ya en una ocasión anterior el mar llegó a tirar la puerta de alguna casa". El edil manifestó a su vez que "el lago de La Santa se desbordó por alguna de sus zonas".