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Así que una tarde en que cuidaba sus cabras, en las laderas del Barranco de El Tablado, repentinamente tuvo una espantosa visión de ultratumba. Instantáneamente perdió el conocimiento y rodó por los suelos. Cuando despertó estaba horrorizada y muda. Así permaneció algún tiempo hasta que por fin pudo recuperar la voz. Lo que había visto casi era increíble.
- ¿Tú si sabes lo de Ramón? -dijo Maruca a Evelia mientras enjabonaba la ropa-. - No, ¿qué pasó? -le contestó Evelia con aire de sorpresa, dejando de lavar al mismo tiempo que prestaba mucha atención a la nueva noticia local que iba a recibir-.-Pues... ¡ah tú! ¿No sabes que Ramón dejó... Seguir leyendo
Viernes, 08 de Mayo de 2009
Autor: Manuel García Rodríguez
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El recuerdo de Isidro Ortiz le vino a la mente por asociación, él le había enseñado a entender el lenguaje del silbo hacía... ¿Cuántos años? ¿Veinte, quizá? Desde luego fue mucho antes de irse él a estudiar para Tenerife, donde luego se casó y se quedó a vivir. ¡Isidro Ortiz!... A cuántas personas habría enseñado aquel amante de las costumbres y tradiciones de su tierra el tan peculiar lenguaje gomero...
Tumbado en el borde de la antigua era, con una brizna de hierba entre los dientes, miraba al cielo en la paz de Arguayoda.A su alrededor todo era silencio y tranquilidad, agradeció mentalmente a su amigo Tino haberle facilitado la posibilidad de pasar unos días de descanso en la vieja casa de La G... Seguir leyendo
Viernes, 27 de Marzo de 2009
Autor: Luisa Chico
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Como quiera que sea, por ignorancia o por desidia, intentaron allanar los niveles de los bancales de alrededor de la cueva con una excavadora. Pero fue gracias a la intervención de Fefita Medina, licenciada en Bellas Artes y actualmente retirada, la que se plantó delante de la excavadora para que no se hiciera más destrozos de los que ya había causado la excavadora con los dientes de la pala al remover la tierra indiscriminadamente.
A la servicial y cariñosa familia de PinoA veces mantenemos el recuerdo de un ser excepcional mucho tiempo después de que se haya ido.Éste podría ser el caso de Pino Valencia Valencia, una mujer que en el tiempo que nos ocupa rondará los sesenta años. Morena de piel y cabello; más bien baja, ... Seguir leyendo
Miércoles, 04 de Marzo de 2009
Autor: María Elba Santana Márquez
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Aquel año, llegado el mes de enero, mi padre me prometió que mis próximas Navidades las pasaría en Canarias, en La Palma, junto a mi abuelo Julián, en su pueblo con sus gentes, disfrutando de la compañía de otros niños, comunicándome de viva voz... En fin, viendo lo que mis ojos nunca habían visto. Y… pasaron los meses muy lentos, uno a uno iba contando los días que faltaban para el tan ansiado viaje.
Noches de intenso frío glacial en las que hasta el aire parece congelarse, intensa oscuridad, de un silencio sepulcral solo interrumpido por el horrendo quejido de alguna foca mal herida, o el ladrar de los perros junto a sus trineos. Días tristes, nublados, silenciosos, en los que hasta el... Seguir leyendo
Sábado, 03 de Enero de 2009
Autor: Manuel García Rodríguez
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Con el paso de los años su capital fue creciendo y creciendo. Los viñedos, almendros e higüeros, cuidados con esmero por sus honrados medianeros, rentaban lo suficiente como para que D. Fulgencio no tuviese que gastar el oro. Con el paso de los años, la riqueza de D. Fulgencio despertó la avaricia de sus dos sobrinos cuando supieron, por boca de D. Leoncio, otro vecino del barrio de Las Tricias que no hacía mucho había llegado de Cuba, que D. Fulgencio era muy rico por allá y que, según se comentaba en La Habana, su fortuna en oro la había traído a Canarias en monedas onzas y centenes.
Corrían los años sesenta del siglo XIX cuando D. Fulgencio regresó de Cuba. Hacía un mes que el viejo velero había zarpado desde La Habana. Durante la travesía, D. Fulgencio vivió muchos días de intensa amargura pensando que la caudalosa fortuna que consigo llevaba pudiera caer en manos de ... Seguir leyendo
Martes, 02 de Diciembre de 2008
Autor: Manuel García Rodríguez
Cansados los vecinos de que el día de San Bartolo de cada año ocurriese la misma tragedia, hicieron un trato con el diablo. Le ofrecieron celebrar una fiesta anual (Fiesta del Diablo) en su honor a cambio de que los dejara tranquilos y no apareciese nunca más por Tijarafe. Sintiéndose alagado el vanidoso diablo, aceptó la oferta y dejó tranquilos a los tijaraferos. Así, cada año, según este cuento, los vecinos de Tijarafe sacan al diablo a las calles del pueblo y le cantan y bailan a su alrededor.
En aquellos tiempos, cuando el pasto escaseaba en las tierras de Tijarafe, Pedro echaba todo el gofio que dentro de su zurrón cabía, preparaba su alforja con el alimento necesario para varios días, y con la ayuda de Tom, su perro pastor garafiano, reunía toda su manada de cabras, y pacientemente... Seguir leyendo
Domingo, 19 de Octubre de 2008
Autor: Manuel García Rodríguez
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Decía Cervantes que a Don Quijote se le secó el cerebro de tanto leer libros de caballería. No sé si los trastornos mentales o esquizofrenias pueden ser consecuencia de leer muchas veces la misma o parecidas historias o por oír muchas veces los mismos o parecidos chismes. Siguiendo esta teoría, el caso es que estoy seguro de que a Doña Luisa se le secó el cerebro de oír muchas veces los mismos chismes y cuentos que, de boca en boca, se trasmitían entre los vecinos y las vecinas, tanto de su propio barrio, como de los demás barrios de la comarca.
Era Doña Luisa baja de estatura, más bien gruesa o gordiflona. Con pelo canoso, desmelenado, algo mugriento, quizás debido a la falta de agua de aquella época. Tenía su tez un color blanco, un blanco de leche, del que sobresalían sus mejillas de un rojo encendido. Solterona y sesentona aparen... Seguir leyendo
Lunes, 15 de Septiembre de 2008
Autor: Manuel García Rodríguez
Todos nosotros, de niños, oímos contar a nuestros padres y abuelos o leímos una serie de cuentos que ocurrían en lugares lejanos, en países desconocidos y en los que intervenían personajes fantásticos, o no fantásticos, pero sí desconocidos para nosotros.
El cuento de Caperucita Roja, por nombrar uno de los más universales, ocurrió en un bosque indeterminado de un país desconocido y con un lobo a quien nadie había visto con anterioridad. Por supuesto que también leímos u oímos contar leyendas a nuestros mayores en las que se narraban aparicio... Seguir leyendo
Jueves, 14 de Agosto de 2008
Autor: Manuel García Rodríguez
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Se cuenta en La Gomera que existían, en siete puntos distintos de la isla, otras tantas fuentes, de las cuales brotaba un agua encantada cuyo origen en las profundidades de la isla era por todos desconocido. Las jóvenes del lugar acudían cada año a estas fuentes a beber de sus aguas, que decían tener propiedades milagrosas, y a cumplir con un misterioso ritual. Cada una de ellas debía reunir agua de las siete fuentes y con ella formar un pequeño estanque, hecho a base de beas, musgo y yedra, para luego mirarse reflejada en él y prever, por el tono que tomaba el agua, su futuro amoroso. Si el agua permanecía clara, el amor estaba en camino, pero si se tornaba turbia, era signo de malos presagios.
Ese año, entre las doncellas ansiosas de adivinar su porvenir amoroso, se encontraba Gara, del poblado de Guadá y princesa de Agulo, tierra del agua. Según la tradición, cuando la joven tuvo todo preparado, asomó, tímidamente, para comprobar que el estanque le devolvía la imagen de su incu... Seguir leyendo
Domingo, 13 de Julio de 2008
Autor: Aurora López Gutiérrez
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Esta leyenda está grabada por el cincel del tiempo en la imponente mole del Bentaiga; la escriben las olas en las doradas arenas de las playas de Gran Canaria; la susurra el viento al atardecer entre las palmeras y las magnolias y el eco de la misma resuena en las mil cuevas de las montañas que fueron vivienda de aquella raza que habitó Tamarán, la tierra de los hombres valientes.
Cuenta la leyenda que en Tejeda, uno de los más hermosos lugares de Gran Canaria, había un bosque de extraños árboles de tronco pétreo cuya savia era oscura lava que sus raíces extraían de la tierra y por ello sus flores eran negras y de pétalos ardientes. Este bosque pertenecía a un podero... Seguir leyendo
Martes, 10 de Junio de 2008
Autor: Aguayro
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