Déjame ser mi propio testimonio. Historias de brujas es un proyecto que nace con el propósito de concienciar sobre la importancia de escuchar las voces femeninas que están en los rincones nublados de la literatura y que tan necesarias son para completar la historia.
Después de muchos años de desprecios y críticas, de silencios y seudónimos, de olvido y miedo, es hora de darles el lugar que merecen a autoras como Josefina, Pino, Chona, Natalia o Agustina. Para eso, Ana, Mararía, Sofía, Adriana, Paula, Sandra y Ariadna se han pintado en su propia piel algunos de esos nombres y esos mensajes de autoras canarias que no podemos dejar caer en el olvido; porque, por ellas, hoy están estas jóvenes activas, y firmes, aquí. Así, sobre las pieles actuales de artistas presentes se inscriben, bajo una ortografía exacta y hermosa, los nombres propios aludidos y algunos testimonios poéticos de todas las autoras. La oscura y desconocida cueva del pasado se alumbra y resucita, ahora, en el reconocimiento a flor de piel sensible que el arte del presente le ofrenda.
Generación del 21, artífices principales de la iniciativa, es un grupo de jóvenes grancanarias que andan moviendo últimamente el cotarro artístico-literario de manera entusiasta y con buen tino, con atrevimiento y pasión, con confianza y compromiso. A ellas se une el arte visual del siempre llamativo Felo Monzón Benítez, que ha llenado los cuerpos y las almas expuestas de palabras con raíz y memoria, con cuidado y delicadeza. Camila González, por su parte, prestó su mirada y entrega para precisar el ojo que alcanza las fotos de esta exposición; y Ana González se encargó de la edición del material fotográfico.
Fundamental también han sido Yeray Rodríguez y la Fundación Ochosílabas, así como la Facultad de Filología. La exposición se situará del 7 al 28 de marzo en el vestíbulo del Edificio de Humanidades (Campus del Obelisco) en la capital grancanaria.