El término tabarra fue introducido en el Diccionario de la Lengua Castellana de la RAE en edición de 1914. Venía usándose en la prensa, en escritos de carácter cómico, desde 1888. La primera aparición moderna que presenta es de Pérez Galdós.
Por la cantidad de ecos de Cairasco de Figueroa que se leen en la obra de don Benito, tal y como se comprueba en el presente estudio de nuestro colaborador Antonio Henríquez Jiménez, se puede interpretar que tabarra le sonaría muy cercano al esdrújulo távara que el canónigo poeta de su tierra (tan valorado y difundido en el XIX por profesores y compañeros del gran novelista) empleaba en la Primera parte del Templo militante. No es cosa nueva decir que Pérez Galdós conocía la obra de Cairasco. En el Colegio de San Agustín de Las Palmas tuvo como profesor al asendereado canónigo Graciliano Afonso, gran conocedor y difusor de la obra de Bartolomé Cairasco de Figueroa. Otros compañeros del joven Pérez Galdós, como Agustín Millares Torres y José Franchy y Roca, también supieron sobremanera del músico y poeta. Ambos hicieron lo posible para que el Templo militante fuera mejor conocido por los canarios de finales del siglo XIX.
Pues de todo esto y de unas cuantas menudencias más se nos habla en Una hipótesis sobre el origen del término tabarra y su entrada en el Diccionario de la Academia. Cairasco y Galdós, la nueva y curiosa publicación digital de BienMeSabe.org, que puedes leer en diversos formatos pinchando en el siguiente enlace.