Entre 2020 y 2024, un grupo de artistas emergentes participó en un experimento artístico que exploró la relación entre el tiempo y la creatividad. La iniciativa, concebida por Héctor Mangas Afonso, giró en torno a una cápsula física enterrada en Tenerife, donde las obras originales permanecieron inaccesibles antes de ser reinterpretadas desde la memoria.
El proyecto, desarrollado en dos ciclos, propuso la creación de piezas inspiradas en el mundo postal (cartas, postales, buzones, etc.), que fueron posteriormente guardadas en dos cápsulas gemelas (una física y otra como copia de seguridad digital). En diciembre de 2024, tras la recuperación de todas las obras originales, se celebró un evento de cierre en Santa Cruz de Tenerife.
Antes de participar, los artistas firmaron un manifiesto con reglas específicas: eliminar cualquier rastro de sus obras originales, comprometerse a no revisitarlas durante el periodo estipulado y reinterpretarlas sin referencias externas. Este manifiesto sirvió de compromiso para los participantes durante los cuatro años del proyecto. Se puede leer en 00110010.org/manifiesto.html
Un archivo con más de 130 obras en el lapso de cuatro años. El proyecto culminó con un archivo interactivo que permite explorar las obras originales y sus reinterpretaciones. Este archivo es un testimonio del impacto del tiempo en el proceso creativo individual, mostrando cómo las experiencias personales y artísticas transformaron las piezas originales.
A lo largo de los cuatro años del proyecto los participantes escribieron reflexiones en varios momentos, motivadas por un cuestionario que la cápsula solicitaba con cada envío. Las declaraciones de los participantes reflejaron una profunda introspección sobre su práctica artística.
De manera muy interesante, y confirmando su hipótesis, muchos artistas confesaron haber enfrentado inseguridades en su práctica en muchos momentos. Sorprendentemente, en 2024 se recibió una cantidad notablemente mayor de reflexiones que en 2020, que denotaban inseguridad. Parte de estas citas, así como la integridad de las piezas de los artistas, están recogidas en el archivo interactivo on line, gracias a la curación de Gianluca Ritucci y al diseño de Miquel Pulido. El archivo se puede visitar en 00110010.org
Re: un experimento curacional. Por último se desarrolló Re:, un experimento curacional para generar un diálogo imaginario entre las obras y las declaraciones almacenadas en la cápsula. Con la corrupción digital como metáfora de la memoria, Re: permite al usuario “recuperar” una obra y una cita cada vez.
Cada una procede de un artista diferente. Al aparecer a la vez y lado a lado, una comparación se genera entre lo más flagrante que nos propone cada artista (su obra) con una parte más oscura (las inseguridades más íntimas). Re: se puede ver en re.00110010.org
Un proyecto vinculado a Tenerife. De los 50 artistas que forman parte de la muestra de la Cápsula, 35 son canarios. El proyecto tiene raíces en las Islas, y más concretamente en Tenerife; pero no sólo de manera figurada por sus participantes, también literalmente: la Cápsula fue enterrada en un punto de la cumbre de Arafo. En 2023, durante el que fue uno de los fuegos más feroces de la historia de la isla, la zona donde se encontraba la Cápsula se quemó. Por suerte, gracias a la suficiente profundidad a la que estaba enterrada, las obras sobrevivieron.
Aparte de su enterramiento, y aunque la cápsula ahora disfrute de la aparente ubicuidad de internet, su proceso ha estado fuertemente vinculado con la isla. Para empezar, sus dos creadores (Héctor Mangas y David Ujja) idearon el proyecto mientras pasaban el confinamiento de vuelta a la isla en un turbulento año 2020. En 2022, cuando se recuperaron las obras por primera vez, la Casa Lázaro Siliuto, en Santa Cruz, acogió las obras en una exposición que duró una semana. Asimismo, el evento de cierre del proyecto se celebró en el Equipo Para, también en Santa Cruz, en diciembre de 2024. En este evento se reunieron por última vez los participantes y el equipo de la Cápsula.