La incorporación de esta olvidada peculiaridad musical palmera, compartida con otras islas, es importante para profundizar e incorporar a las manifestaciones del rico patrimonio cultural, etnografía y antropología de La Palma. En los cursos de aprendizaje y divulgación que vienen impartiendo César Cabrera y Héctor Piñero han incorporado el toque conjunto de tambor y pitos. Loable labor que necesita un mayor apoyo y toma de conocimiento del alto valor patrimonial cultural ancestral.
César Cabrera Vargas, profesor del aula de clarinete de la Escuela de Música del Cabildo de La Palma, lleva años estudiando los instrumentos populares de viento, hechos con caña, del folclore antiguo de La Palma. El ancestral folclore de raíz de la isla, anterior a la reciente introducción de cuerdas y púas, estaba formado fundamentalmente por tres instrumentos: tambor, castañuelas y flautas. La memoria popular y testimonios fotográficos recogen el toque conjunto, por una misma persona, de tambor y flauta o pito que lamentablemente se había perdido.
Cabrera Vargas y Héctor Piñero Rodríguez han publicado un interesante trabajo titulado: «Las flautas o pitos de pastor. Una experiencia personal». En este estudio manifiestan:
Aquí nos centraremos en las diferentes acciones desarrolladas sobre un instrumento musical tan humilde como fundamental para entender el folclor de raíz en la isla de La Palma, la flauta o pito de pastor. Este instrumento de caña de elaboración propia y sonido particular consigue su máxima expresión al tocar en grupo melodías repetitivas, como hacen en el pueblo palmero de la villa de San Andrés todos los años por Navidad [en el municipio de San Andrés y Sauces].
Antecedentes documentales y testimonios. Fueron los eruditos ilustrados los que, desde finales del siglo XVIII y principios de la siguiente centuria, iniciaron una auténtica campaña desacreditadora que terminó empañando la percepción positiva que hasta entonces el pueblo había tenido de estos repertorios tradicionales y, en especial, de los instrumentos con los que se interpretaban. Ya en su trabajo Usos y costumbres de los aldeanos de la Isla de La Palma el palmero Antonio Lemus y Smalley (1788-1867) manifiesta sin tapujos su desprecio hacia estos repertorios que, según su criterio, «carecen de variedad y melodía, pues se reduce a dos tambores, que acompañan las castañuelas de los que bailan, llevando el compás los concurrentes con sus palos en el suelo».
Al margen de sus prejuicios, la cita de Lemos da noticia del uso común de castañuelas y tambores en las celebraciones rurales palmeras del primer tercio del Ochocientos.
El aridanense Benigno Carballo Wangüemert (1826-1864) da testimonio, en su libro Las afortunadas (Madrid, 1862), de los instrumentos musicales de campesinos y pastores de La Palma. A mediados del siglo XIX Carballo Wangüemert hizo un excursión a La Caldera, desde 1957 Parque Nacional, y se encontró a «los pastores, que son muy jóvenes, traen por fortuna su tamboril, por lo cual a nuestra instancia entonan uno de sus sabrosos romances a que son tan aficionados».
El mismo autor recoge en Las afortunadas, realmente un libro de viajes tan en boga en esos años, sus vivencias personales de niñez y juventud en Los Llanos de Aridane cuando, describiendo la víspera de los festejos de Nuestra Señora de las Angustias, dice: «Véseles cruzar por las calles de Los Llanos, por Argual, y por los demás puntos, haciendo una gran algazara, tocando el tamboril, cantando y llenando el aire con sus gritos de alegría, dando, en suma, muchos ajijidos».
Fue tradición en la víspera de la festividad de Nuestra Señora de las Nieves la romería de devotos caminando hacia el Santuario. El periódico palmero El Time (9 de agosto de 1863) recoge una crónica de los festejos relatando las «baladas campestres cantadas al son del tamboril». Aporta un detalle destacado: el toque del tambor, tamboril, era acompañado de cantos. Un segundo aspecto que se debe tener en cuenta es la fecha, la festividad de las Nieves, que denota y apunta sin lugar a dudas que esos eran los instrumentos populares de cualquier evento de jolgorio en la isla, y no exclusivos de Navidad y Reyes.
En el 20 de diciembre de 1900 el periódico palmero Heraldo de La Palma anunciaba «villancicos» en Santa Cruz de La Palma el 24 de diciembre, acompañados de «flauta, tamboril y castañuelas». No hay referencia a instrumentos de cuerda. Días después el mismo rotativo, el 27 de diciembre, relataba la celebración diciendo:
Con bastante concurrencia y animación se celebró en esta ciudad la fiesta conmemorativa del nacimiento de Jesús. Si muchos fieles asistieron á los oficios celebrados en nuestra parroquia Matriz, muchos más concurrieron después a la ermita de las Monjas donde también las beneméritas Hermanas de la Caridad brindaron a los asilados de nuestro Hospital y a los creyentes que quisieron asistir, su correspondiente Nacimiento, sin que faltara el detalle de la clásica, murga del tamboril, las flautas y las castañuelas.
Los pastores de la representación de Navidad de Breña Alta, no hace mucho tiempo, empleaban de instrumentos conjunto, uno en cada mano, un tambor y una flauta, además de las tradicionales castañuelas palmeras. Vemos en una fotografía a Justo, (a) tojonero, componente del antiguo grupo de pastores de San Isidro (Breña Alta), tocando conjuntamente el tambor y la flauta.
Manuel Hernández Cabrera y Marcos Rodríguez Pages, componentes de la agrupación cultural y folclórica Echentive de Fuencaliente, han publicado en el número 7 de Lustrum. Gaceta de la Bajada de la Virgen (2024) un interesante trabajo de rescate que titulan: «Jila, jila, baile de los pastores, baile jilado o baile de las castañuelas: versiones de Fuencaliente y de El Paso (La Palma)». En la versión fuencalentera los autores recogen este destacado testimonio: «En su aspecto musical, fue colectada en 1986 de don José María Pérez Cabrera, de ochenta y siete años, antiguo tocador de esta danza, quien interpretaba la flauta y el tamboril al mismo tiempo».
La iniciativa tendente a recuperar la música y danzas antiguas de La Palma partió del año 2012 en el recinto ferial de San Isidro (Breña Alta) con el titulado Encuentro de Música y Danza de Navidad, proyecto de la Consejería de Cultura y Patrimonio del Cabildo de La Palma. Los resultados han sido extraordinarios y han llevado a la recuperación de la Romería de la Subida del Trono, sólo y exclusivamente con los instrumentos musicales ancestrales de castañuelas, flauta y tambor y el canto de romances, en el programa lustral de la Bajada de la Virgen de las Nieves.
María Victoria Hernández es cronista oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (desde 2002), correspondiente de la Academia Canaria de la Lengua (desde 2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (desde 2009).