‘La antología de Pino Ojeda. Español-Hindi’ (CanariaseBook, 2024) es una obra publicada gracias a la ayuda de la Consejería de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, fruto de la colaboración entre la Fundación Canaria Pino Ojeda y la Academia de Español Mumbai en la India. Consta de una selección de poemas conocidos y otros inéditos, de la gran poeta grancanaria, que han sido traducidos de español a hindi. Es la primera obra de Pino Ojeda publicada al completo a otro idioma distinto al español. El volumen se presenta en la Casa de Colón mañana día 3 de abril, a las 19:00 horas, con entrada libre y gratuita, hasta completar aforo.
Intervienen en el acto Guacimara Medina, consejera de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, Domingo Doreste, presidente de la Fundación Canaria Pino Ojeda, Dinesh Govindani, director de la Academia de Español Mumbai -India y Plácido Checa, director de CanariaseBook / Cam-PDS Editores
Anteriormente, poemas de la escritora grancanaria nacida en 1916 en El Palmar de Teror, habían sido traducidos al inglés, francés, italiano, alemán, sueco, yugoslavo, japonés, árabe y alguna que otra lengua más, pero siempre habían formado parte de una antología compartida con otras y otros poetas.
En la actualidad, la Fundación Canaria Pino Ojeda dispone de una Delegación en Mumbai en la cual desarrolla una intensa labor de divulgación literaria y plástica sobre la obra de Pino Ojeda.
Miembro de la Constelación de escritoras canarias
Según escribe Covadonga García Fierro para el proyecto educativo ‘Constelación de escritoras canarias’, del Gobierno de Canarias, María del Pino Ojeda Quevedo, conocida como Pino Ojeda, fue una importante escritora y artista plástica que cultivó los géneros poético, narrativo, teatral, pictórico y escultórico. También cursó estudios de Música.
Se aficiona a la lectura cuando aún es una niña, gracias a la biblioteca de su padre. En los años veinte, estudia en un colegio público, y, durante su adolescencia, continúa formándose en todas las materias que le interesan, si bien no le es concedida titulación alguna, puesto que cursa los estudios en la modalidad de libre oyente. Pronto comienza a soñar con convertirse algún día en maestra. Pino Ojeda tuvo siete hermanos, de los cuales fallecieron seis a edades muy tempranas. Estas muertes se traslucen en algunos de sus poemas. A los catorce años de edad conoce al que sería su marido, Domingo Doreste Morales, y en 1930 fallece su padre, hecho que constituye otro duro golpe en su vida.
En 1937, Pino Ojeda y Domingo Doreste se unen en matrimonio, tras siete años de noviazgo. Nueve meses más tarde del casamiento, el marido es llamado a filas para servir en el frente de batalla de Extremadura, en la Guerra Civil Española. Pocos días después de aquella marcha que se sabe ya sin retorno –el marido anuncia a Pino Ojeda que no piensa matar a nadie, que irá a la guerra con su arma descargada– nace el hijo de ambos, Domingo. Efectivamente, en marzo de 1939, Pino Ojeda recibe la noticia de que su marido ha fallecido. Este mismo mes escribe su primer poema, ‘In memoriam’, en el que recuerda los momentos previos a la partida de su esposo.
En 1944, Pino Ojeda conoce a Juan Ismael, artista que será, ya para siempre, como un hermano para ella. Juan Ismael es quien introduce a Pino Ojeda en la revista tinerfeña ‘Mensaje’ (1945-1946), dirigida por Pedro Pinto de la Rosa. Aquí da a conocer sus primeros poemas nuestra autora.
En 1947, Pino Ojeda retoma y amplía sus estudios de arte en la Escuela Luján Pérez. Además, en la década de 1960 accede a las Academias Municipales de Las Palmas, cuando ya es una artista plástica reconocida a nivel internacional, para perfeccionar en Dibujo. Durante los años sesenta y setenta logró exponer sus cuadros y esculturas en países como Estados Unidos, Alemania, Francia, Suecia, Suiza e Italia.
En 1934, Pino Ojeda comienza a trabajar como secretaria en el Sindicato de Exportación de productos agrarios de la zona centro de Gran Canaria; posteriormente, viaja a Tenerife para trabajar, siempre como secretaria, en una oficina de importación y exportación y, tiempo después, en otra oficina perteneciente a una fábrica de materiales de construcción. Este último empleo tuvo que abandonarlo debido al acoso que sufrió por parte de su jefe. Con el tiempo, Pino Ojeda abandona sus estudios y se prepara para el matrimonio y la maternidad, como era costumbre en la época. Sin embargo, tras el fallecimiento de su marido, se ve obligada a trabajar para poder salir adelante y cuidar de su hijo.
En la década de 1940, Juan Rodríguez Doreste, un familiar, pide un préstamo para que Pino Ojeda pueda abrir una librería (recordemos que, durante el franquismo, las mujeres no tenían derecho a solicitar personalmente un préstamo; ni siquiera a abrir una cuenta bancaria). Se trata de la librería Flores y Libros, situada en la calle Luis Morote, a la altura del Parque Santa Catalina. Gracias a este negocio, Pino Ojeda logra superar la angustiosa situación económica que vivió durante los primeros años de viudez. Además, es en esta época en la que comienza a indagar en la creación plástica.
Entre 1952 y 1955, Pino Ojeda funda y dirige todos los números de la revista ‘Alisio. Hojas de poesía’. En ella publican sus textos numerosos poetas procedentes de toda la geografía canaria y española e, incluso, el poeta francés Louis Emiè. Entre los nombres más destacados de esta revista, citaremos aquí a Vicente Aleixandre y Juan Ramón Jiménez (ambos premios Nobel de Literatura), Carmen Conde, Gerardo Diego, Pedro Salinas, Gabriel Celaya, Ángela Figuera o Angelina Gatell. La labor de Pino Ojeda como editora fue importantísima.
En 1958, y tras verse obligada a traspasar la librería Flores y Libros y a cesar las entregas de la revista Alisio por motivos económicos, Pino Ojeda monta su propia sala de arte en Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de la Galería Arte, situada en la calle Sagasta, 64, en la Playa de Las Canteras. Así, se convierte en la primera mujer en Canarias que crea este tipo de negocio: un espacio dedicado, de forma exclusiva, a la venta de arte y a las exposiciones individuales y colectivas, tanto de pintores canarios como de artistas nacionales y extranjeros.
A partir de 1970, Pino Ojeda dedica los últimos años de su vida laboral a trabajar en una Administración de Loterías, trabajo que no la hacía feliz. De hecho, uno de sus poemarios, El derrumbado silencio. ‘Poemas del exilio’, escrito en 1971, hace referencia a este trabajo que la hacía sentir como una “exiliada” del mundo de la cultura y las artes. Aun así, en su tiempo libre nunca dejó de crear. Siempre continuó aprendiendo y experimentando con nuevas formas de creación.