Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Fuerteventura, 1924. El marqués de Cortina, don Miguel de Unamuno y don Rodrigo Soriano a cien años de su destierro.

Lunes, 13 de Marzo de 2023
Valentín Medina Rodríguez
Publicado en el número 983

Esta es la nueva obra de Carmelo C. Torres Torres, noticias y escritos desde Canarias a través de la prensa sobre estos conocidos personajes en el contexto majorero. Se trata de un libro del Servicio de Patrimonio Cultural del Cabildo de Fuerteventura editado recientemente.

 

 

El autor. Como quiera que el presente acto tiene como finalidad la presentación de este tomo que nos concita, brevemente dibujaré la biobibliografía de Carmelo Torres Torres, que es abundosa. Tengo que reconocer, por añadidura, que una amistad que surge de horas compartidas en lo personal y de la ocupación docente e investigadora, es sentimiento que obliga y marca de manera profunda. En tal sentido, sospecho que mis palabras sean y parezcan apasionadas. Procuraré, empero, con la ayuda de un firme esfuerzo intelectual, moderar mi pluma y llevar a cabo un juicio ecuánime. Vayamos, pues, al tajo.

 

Nuestro hombre nació en 1975 en Puerto del Rosario (Fuerteventura). Por ende, queda claro que es un majorero de pro. Es licenciado en Historia por la Universidad de La Laguna (1995-1999). En esta misma institución, en 2016, se doctora con la máxima nota, sobresaliente cum laude, gracias al trabajo Las relaciones comerciales de Fuerteventura, Lanzarote y Tenerife (1688-1730). Un año, asimismo, donde accede por concurso-oposición al funcionariado de Enseñanza Secundaria en la disciplina de Geografía e Historia.

 

1999 y 2003 fue un período de intensa formación académica y profesional:

1. Cursó el Máster Internacional en Restauración y Rehabilitación del Patrimonio Edificado bajo la tutela del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (CICOP).

2. Recibió una beca del Museo de la Naturaleza y el Hombre, radicado en Tenerife.

3. Gestó y dirigió un proyecto de rescate de fuentes documentales referentes a Fuerteventura que abarcaba los siglos XVI al XIX, en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

4. Y puso en orden el archivo documental de la fuerza política Asamblea Majorera.

 

En su exclusiva faceta de historiador, la temática canaria, esencialmente la centrada en el devenir histórico de su tierra de origen, focaliza su máximo interés. No obstante, no solo desde una perspectiva local, sino de igual forma regional, rozando incluso lo nacional en ocasiones; y no exclusivamente desde el punto de vista económico, pues también congrega su mirada investigadora lo político y lo cultural. Todo ello en los ámbitos de la Historia Moderna y Contemporánea. Veamos algunos ejemplos:

1. Con el Dr. Felipe Bermúdez Suárez publicó dos obras: en 2003, la monografía Asamblea Majorera. 25 años de historia, Fuerteventura: Asamblea Majorera; y un año después, en 2004, la obra Manuel Velázquez Cabrera: 1863-1916, Santa Cruz de Tenerife: Parlamento de Canarias y Fundación Canaria Víctor Zurita Soler.

2. Su propia Tesis Doctoral, que plantea el comercio entre las islas periféricas más orientales y la central de Tenerife. Entre finales del Seiscientos y primer tercio del Setecientos.

3. En 2020 da a la luz la obra El puerto de Gran Tarajal (1919-2019). Cien años de historias.

4. Su monumental indagación sobre el Cabildo de Fuerteventura (1913-2013) muy pronto verá la luz en una primera parte que comprende los años 1913 hasta 1975. Al hilo de esta institución, el autor realiza un repaso por la historia política del espacio majorero.

 

Por otro lado, la literatura no le es ajena. Me refiero a su incursión en el relato corto. Que le ha llevado a ganar por dos veces el certamen Maxoarte. Así mismo, la divulgación histórica y patrimonial concita su interés. Esto hace que colabore con artículos en el periódico El Enfoque de Fuerteventura.

 

Su formación se ve completada con su participación en numerosos congresos, simposios, seminarios y cursos de la más diversa índole, tanto regionales, nacionales como internacionales. Más de un centenar de artículos y ponencias publicadas, entre científicos y de difusión, completan este espléndido currículum.

 

Hoy en día, finalmente, sus intereses los comparte entre la enseñanza en el instituto Antonio Godoy Sosa (Tamaraceite); la difusión, rescate, protección y defensa activa del patrimonio cultural de Fuerteventura (con los sinsabores que eso le proporciona): en los campos arquitectónicos, documental y de historia oral; y, finalmente, su compromiso con la investigación histórica.

 

 

La obra Fuerteventura, 1924. Este estudio ha sido subvencionado por el Cabildo de Fuerteventura a través de la línea de subvención que otorga a personas físicas para publicación de obras de creación literaria y de investigación de interés para la isla; y muy directamente por medio de su Servicio de Patrimonio Cultural.

 

El contexto histórico del escrito se circunscribe a la Dictadura primorriverista. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja fue un totalitario y militar español (capitán general de Cataluña en los momentos que tratamos) que gobernó el país entre 1923 y el 28 de enero de 1930; tras dirigir, el 13 de septiembre de 1923, un golpe de Estado que contó con el beneplácito del propio monarca, Alfonso XIII, y al que aceptaron como hecho consumado el PSOE y la UGT, incluso colaborando con el régimen un sector de los mismos. La libertad vigilada o exilio de los personajes analizados, se produce, pues, en 1924 durante la fase del Directorio militar: un ciclo que va desde el 15 de setiembre de 1923 hasta el 3 de diciembre de 1925.

 

Grosso modo, las motivaciones del alzamiento militar son varias. Una crisis económica que ya es evidente en 1920 (pérdidas de las empresas, saldos negativos de la balanza comercial y reducción de la producción…), y con ella se origina una agudización de los conflictos sociales en las ciudades más industrializadas y en el campo (huelgas obreras, cierres patronales, terrorismo de empresarios y anarquista, pistolerismo…); la guerra de Marruecos es otro de los elementos de crisis, con la carnicería de Annual, y, finalmente, la descomposición de los partidos clásicos del turnismo pacífico (liberales y conservadores).

 

Las consecuencias para España de su mandato fue la supresión del sistema parlamentario por la disolución de las Cortes y la suspensión de la Constitución de 1876. Terminaba así con el sistema de la Restauración inspirado fundamentalmente por Cánovas del Castillo (Partido Conservador) y al que contribuyó Práxedes Mateo Sagasta (Partido Liberal).

 

Con las condenas, por sus críticas al régimen, de José Gómez-Acebo y Cortina (III marqués de Cortina, 1860-1932: senador vitalicio, ministro y financiero), de Rodrigo Soriano Barroeta-Aldamar (1868-1944: abogado, periodista, literato, político y diplomático) y Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936: filólogo, pedagogo, filósofo, escritor y ensayista; y que en el instante de la aprobación de su decreto de destierro -el mismo que condenó a Rodrigo Soriano, el 20 de febrero- ostentaba el cargo de Vicerrector y Decano de la Facultad de Filosofía y Letras y Catedrático de Griego de la Universidad de Salamanca), se produce la mayor proyección de Fuerteventura como lugar de exilio. De los tres, el único que no llegó a pisarla fue el marqués de Cortina, debido a que el 5 de febrero se levanta su destierro (aprobado el día 7 de enero), haciéndose efectiva la orden al día siguiente. Por su parte, Soriano y Unamuno permanecen en tierra majorera desde el día 10 de marzo hasta la noche del 8 de julio cuando la abandonan por Caleta de Fuste, pese a que el 5 de julio ya habían sido amnistiados. En definitiva, fueron casi cuatro meses los que residieron en ella. Aunque, cabe advertir, no fueron los primeros ni tampoco serían los últimos deportados, pero sí los que mayor huella han dejado por la repercusión mediática y la movilización social que se produjo en Europa en aquellos momentos como respuesta a esa medida represora del gobierno de Primo de Rivera.

 

Si el destierro fue ensimismamiento y crítica abierta hacia Fuerteventura y sus habitantes, más una producción intelectual escasa que volcó en el periódico La Libertad (Madrid), en la figura de Soriano; todo lo contrario se observa en el devenir majorero de Unamuno: se empapó de la esencia de la isla y del tiempo calmo que le permitió desarrollar una mayor libertad individual y una obra periodística y literaria de enorme calado. Su diario íntimo en forma de sonetos y comentarios en prosa, que colman parte de la obra De Fuerteventura a París (1925) y la colaboración con la prensa española (La Libertad, Nuevo Mundo y Los Lunes de El Imparcial) e hispanoamericana (Argentina, mayormente: La Nación, Caras y Caretas; y Cuba), son fiel reflejo de lo que decimos, y que muy bien plasma el volumen de Carmelo Torres. El genio bilbaíno es la figura descollante del tema que analizamos.

 

En este volumen, donde se aprecia el pulso literario-narrativo y la sólida formación de historiador del Dr. Torres, y no son pocas las virtudes que el lector aficionado y el investigador más exigente puede encontrar. Aquí van las que, a mi entender, aparte de lo ya indicado, merecen ser destacadas:

• La elección del título es muy adecuada: recoge de manera precisa el tiempo y el espacio de análisis. Y por estricta necesidad añade dos subtítulos.

• La vertebración de este ensayo en tres ejes claros. En primer lugar: un generoso e interpretativo prólogo del Catedrático de Filología Española de la Universidad de La Laguna, el profesor Marcial Morera. Se ha leído bien el contenido y eso se nota: explica y valora, como hay que hacer; además de la introducción del propio autor que da unas pinceladas certeras sobre el ejemplar que el lector se va a encontrar. En segundo lugar: un corpus bien estructurado, donde da una visión de conjunto del tema recurriendo a una bibliografía seleccionada, materiales de primera mano (prensa periódica, en mayor medida; cartas y documentación de archivo) y notas precisas y detalladas donde aporta nueva luz, matiza o desmiente hechos y valoraciones anteriores. En tercer lugar: la recopilación de 192 artículos de publicaciones periódicas (regional, nacional e internacional), en los cuales Carmelo Torres se acerca a las noticias que sobre el destierro de los tres personajes en cuestión aparecían en la prensa, así como a la obra que Soriano y Unamuno produjeron durante su forzada residencia en Fuerteventura y después de ella. Sin olvidar el rescate de personajes que conocieron íntimamente al autor de San Manuel Bueno, mártir: nos referimos a Jesús Pérez Naranjo, Secundino Calero Hernández (su peluquero), Ramón Castañeyra Schamann (su mejor amigo) y uno de los guardias civiles que lo vigilaron, así como a Soriano, durante el exilio de ambos. Una forma que el autor tiene de rescatar la historia oral: complementaria a las fuentes documentales y bibliográficas.

• La reproducción literal de todos los documentos  periodísticos. Ello faculta al lector a sacar sus propias conclusiones, porque le permite a través de la indagación del discurso informativo reconstruir y comprender visiones del mundo, percepciones de la realidad de imaginarios colectivos e individuales de una época y sociedad determinadas. Y del mismo modo le habilita comprobar si el autor ha hecho una interpretación correcta de lo investigado.

• El tomo ahonda de manera significativa en el examen del tema de los extrañados, y la consecuencia directa es un significativo incremento de los materiales de observación: en este caso, y volvemos a reiterarlo, de los órganos de prensa.

• La parte iconográfica, muy bien escogida, viene determinada por una portada donde se aprecia las figuras de Ramón Castañeyra, Miguel de Unamuno y Rodrigo Soriano sobre un camello. Imagen ya clásica. Todo se concreta con las fotos y documentos manuscritos de cada uno de los personajes objeto de investigación, más la fotografía del boceto de la estatua a Miguel de Unamuno del escultor galdense Juan Borges Linares (pintor y ceramista, igualmente), sobre una idea de Juan Ismael (seudónimo de Ismael Ernesto González Mora).

 

Pongo punto final a mi intervención. Carmelo: esta obra caminará sola, y mucho, por el mundo de las bibliotecas y los lectores. Estoy convencido. Y perdurará en el tiempo, tampoco me cabe la menor duda, como trabajo de referencia para el conocimiento de la figura de Miguel de Unamuno (acompañando los trabajos filológicos de Sebastián de la Nuez Caballero, Francisco Navarro Artiles, Eugenio Padorno Navarro, Marcial Morera Pérez, Antonio Bruno Pérez Alemán, Ana Urrutia Jordana…), del destierro como tema en la historia de España y de la específica de Fuerteventura. Enhorabuena por escribirlo y editarlo.

 

 

El presente texto fue leído el pasado viernes, 10 de marzo de 2023, en la Casa de Colón (Gran Canaria), durante el acto de presentación del libro.

 

 

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