En el Orfeón, por su parte, don Antonio Cabrera organizaba, si bien no de forma regular, diversas veladas artísticas y otras actividades, entre las que llegaron a adquirir cierta relevancia los Sábados de Cabrera, en los cuales las actuaciones musicales se alternaron con lecturas de poemas, charlas y conversaciones en torno a temas políticos y culturales. La intención de sus integrantes, al reunirse como tertulianos, fue ampliar su espacio intelectual y debatir entre ellos ideas que iban más allá de la estrecha inmediatez de lo local o insular; de modo que su apuesta literaria se viese animada por las corrientes artísticas o literarias dominantes en aquella etapa crucial de la modernidad, entre los años 1920 y 1940. A los Sábados de Cabrera concurrieron -y mantuvieron su actividad-, entre otros, los poetas Luis Báez Mayor*, Patricio Pérez Moreno* o Mireya Suárez* (vid. Hilda Zudán); músicos como Manolo Peñate, periodistas como Federico Sarmiento, profesores como Vega Yedra o el doctor Salvador Gil Monzó y el fotógrafo Teodoro Maisch. A ellos se unirían también algunos simpatizantes como Antonio Fleitas, Juan Sosa Rivero o Francisco Medina Vega.