De Agustín Millares Carlo* (Poemario), Pedro Perdomo Acedo* (Volver es resucitar, con nota de Ventura Doreste*), Josefina de la Torre (Marzo incompleto) o Juan Rodríguez Doreste* (Raíz y estilo del alma canaria, ensayo); de Pedro Lezcano* (Cuentos sin geografía) y Manuel González Sosa* (Sonetos andariegos) a Arturo Maccanti* (En el tiempo que fata de aquí al día), Felipe Baeza* (La amada más distante, ensayo) o Juan Marrero Bosch* (Dos ejercicios en el teatro, con prólogo de Domingo Pérez Minik*); de José Caballero Millares* (Punto nuevo) y Lázaro Santana* (La Puntilla) a Jorge Rodríguez Padrón* (Tres poetas contemporáneos: Valéry, Pavese, Paz, ensayo) Alberto Pizarro* (Cenizas) o Carlos E. Pinto* (Desde el silencio). El primer volumen de la colección fue Poesía Canaria Última*. Antología. Edición de Eugenio Padorno y Lázaro Santana y prólogo de Ventura Doreste, primera salida pública de la generación que adoptaría ese nombre. Con ella, cabe destacar: Miguel de Unamuno y Alonso Quesada. Espistolario, editado por Lázaro Santana, o las traducciones, en sendos volúmenes, de Diez poetas checoeslovacos y 50 poemas ingleses, debidas a Felipe Baeza. También la colección San Borondón publicaría los poemarios Fe de vida, de Antonio Murciano, y En islas peregrino, de Manuel Alvar.