La ahora silenciosa calle Verdi, en el barrio de Vegueta, es el encantador escenario adoquinado donde el pintor realista Ángel González Doreste (1933-2019) sitúa sus recuerdos más primarios. En estos Retazos de memoria, el artista dejó a un lado el pincel y tomó la pluma para describir con maestría los personajes, lugares y vivencias que marcaron su infancia, antes de que el destino lo arrancara prematuramente, y para siempre, de su querida Gran Canaria. En el último tramo de su vida el artista deseó regresar, y en la distancia, lo hizo escribiendo estas deliciosas estampas teñidas de amor y añoranza, venciendo así a la muerte y al olvido.
Ángel González Doreste nació el 8 de agosto de 1933 en Las Palmas de Gran Canaria, en la playa de Las Canteras. Era hijo de Ángel Johán, poeta y pintor lugués. En 1948 se trasladó con su familia a Lugo. Allí compaginó su educación con distintos oficios, al tiempo que empezó a ganar premios de dibujo. Ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en la que cursó estudios de pintura entre 1953 y 1958. En 1960 se trasladó a París, donde completó su formación. En 1963 regresó a España instalándose en Santoña (Cantabria), donde alternó la pintura con clases de Dibujo en un instituto, consiguiendo la cátedra. En los últimos años de su vida sus inquietudes literarias le llevaron a escribir, además de la presente obra, Veintisiete poemas al norte de tanta lluvia y De París a Santoña. Falleció el 21 de noviembre de 2019 en Mompía (Cantabria).
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