En la capital coincide con el poeta Pedro Lezcano*, con quien mantiene una amistad duradera; y a través del cual se vincula a los poetas insulares de los años cuarenta. Desde 1947 ejerce como neuropsiquiatra y anestesiólogo. Se involucra en la gestión del Hospital Provincia y del Hospital Psiquiátrico de Santa Cruz de Tenerife. Miembro fundador de la Sociedad Española de Historia de la Medicina y de la Sociedad Española de Anestesiología. Académico Numerario de la Real Academia de Medicina de Canarias y Correspondiente de la Academia de Ciencias Médicas de Barcelona. Autor de diversas monografías científicas sobre su especialidad profesional. Da sus primeros pasos como escritor en la revista Mensaje*, dirigida por su padre. Contribuye a recuperar la actividad cultural del Círculo de Bellas Artes* y del Círculo de Amistad XII de Enero (Santa Cruz de Tenerife). Premio de cuentos y Humanidades del Colegio de Médicos de Santa Cruz de Tenerife y de cuentos Ciudad de Santa Cruz. Premio de poesía San Benito Abad, Ciudad de La Laguna, Antonio de Viana o Pedro García Cabrera. En 1991 recibe el Premio Canarias de Literatura. Además de artículos diversos sobre arte y literatura, publicados en la prensa de las Islas, es autor de los ensayos: Juan Ismael. Ocultaciones (1992), Todas las Islas Canarias en la poesía (1992) o Santa Cruz de Tenerife. Dos historias de una ciudad (1994). En su domicilio familiar de La Laguna, lugar de encuentro para escritores de diferentes generaciones, coincidirían, entre otros muchos, los miembros del grupo universitario que idearon y allí pusieron en marcha la colección Mafasca* de poesía. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Las tardes o el deseo (1954), Las preguntas al silencio (1956), Elegía para un hombre muerto en un campo de concentración (1956), El llanto alegre (1957), Muda compasión del tiempo (1963), Siempre ha pasado algo (1964), Como un grano de trigo (1964), En este gran vacío (1967), Sin alba ni crepúsculo (1967), Oneirón (1973), Unas cosas y otras (1974), Sólo el azul (1977), Los habitantes del jardín (1978), Estío (1981), Tratado del mal (1981), De los días perdidos (1982), Poemas a un cultivador de opio (1983), Cantatas (1984), La trampa de la noche (1989), Tienda de antigüedades (1997), El destino de la melancolía (1997), Cantos para una desolación (1998), Días sin ti (1998) o Mundo de la memoria (2013). A solas, sin testigo (1992), Poemas (2003) o Antología poética reúnen otras tantas muestras de su obra poética. Poemas suyos se incluyen, también, en: Poesía Canaria, 1940-1984 (1986) y Literatura canaria contemporánea (1993), ambas de Sebastián de la Nuez*; y en Antología de la poesía canaria contemporánea, 1940-2000 (2003) y Poesía canaria contemporánea 1940-1990 (2009), ambas de Miguel Martinón*. Es autor también de los libros de relatos Las horas del hospital (1956, 1966 y 2004), Cuatro cuentos extraños (1956), Un poco de humo y otros relatos (1984 y 2004) u Objetos de desván y trajes de pasamanería (1986 y 2004); y de las novelas: Los papeles de Abilio Santos (1998), El recital de Pedro Gonzaga (1999) o Los hombres se van (2006). Entre su obra inédita: Meditaciones y escrituras (ensayos breves) o los tomos de memorias Crónica personal.

Foto: Pinto Grote junto a Daniel Duque