Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

CEAR denuncia los obstáculos para encontrar refugio durante la pandemia.

Sábado, 19 de Junio de 2021
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 892

A pesar del descenso de solitudes de protección internacional en el estado español, las mismas aumentaron un 28 % en Canarias.

 

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha presentado hoy su Informe Anual 2021. Las personas refugiadas en España y en Europa en el que aborda las principales cuestiones en materia de migración y asilo que tuvieron lugar el pasado año, como la irrupción de la pandemia, el aumento de las llegadas a Canarias, los obstáculos en la acogida o los nuevos pactos mundiales y europeos.

 

Según CEAR, España volvió a defraudar a las personas refugiadas el pasado año, aprobando tan solo una de cada 20 solicitudes de asilo, muy lejos de la tasa media de reconocimiento del 33 % de los países de la Unión Europea. Aunque al mismo tiempo concedió la autorización de residencia por razones humanitarias a cerca de 41 000 personas, en su práctica totalidad procedentes de Venezuela.

 

Del total de las solicitudes de asilo tramitadas en la Comunidad Autónoma de Canarias en 2020, 2689 se formalizaron en la provincia Sta. Cruz de Tenerife y 1294 en la provincia de Las Palmas. Venezuela, Colombia, a gran distancia de Mali, Cuba, Marruecos, Rusia, Senegal, fueron, por ese orden, las principales nacionalidades solicitantes. “A pesar del descenso generalizado en el número de solicitantes de asilo a nivel estatal, el 25 %, principalmente debido al cierre de fronteras por las crisis COVID, en el caso de Canarias la tendencia es inversa con un aumento del 28,32 %”, explica Juan Carlos Lorenzo, coordinador territorial de CEAR-Canarias.

 

España mantuvo un escaso reconocimiento a las víctimas de persecución por parte de agentes no estatales (pandillas, bandas criminales, etc.), un reconocimiento fundamental ya que representa una forma de persecución digna de protección. Del mismo modo, es preciso eliminar las trabas para que puedan venir de forma segura personas procedentes de países en conflicto como Siria, Yemen o Palestina debido a la exigencia del visado de tránsito.

 

A pesar del descenso en las llegadas a través de Ceuta y Melilla, CEAR denuncia que, a lo largo del año, se produjeron al menos 212 “devoluciones en caliente”. En ese sentido, la entidad apunta que tanto el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo como el Constitucional español ya señalaron las garantías legales exigibles, requisitos que según CEAR tanto en estos casos como en los más recientes en Ceuta no se llevaron a cabo. La pandemia ha incrementado las restricciones de movimiento, dejando a miles de personas atrapadas en países no seguros. Ante esta situación es más urgente que nunca que España active vías legales y seguras como el reasentamiento, los visados humanitarios, petición de asilo en embajadas y representaciones consulares y facilitar la reagrupación familiar”, reclamó Lorenzo.

 

Respecto a la crisis humanitaria vivida en Canarias, con la llegada de más de 23 000 personas en 2020, CEAR señala que para que no se vuelvan a vivir situaciones como la del muelle de Arguineguín, ni la cronificación de macrocampamentos, son necesarias políticas migratorias con otra mirada, planificadas y coordinadas, no solo centradas en el blindaje de fronteras, que incluyan un sistema de traslados a la península ágil, transparente y sin discriminación por nacionalidad, con un reparto solidario por todo el territorio español, evitando convertir los espacios insulares y periféricos en grandes lugares de retención, así como modificar los protocolos de atención a menores.

 

Por otra parte, la entidad celebra que, tras décadas de reivindicación, el Tribunal Supremo haya reconocido la libertad de circulación por todo el estado español para los solicitantes de asilo que residen en Ceuta y Melilla.

 

Europa vuelve a dar la espalda al refugio. Un año más, la ruta migratoria del Mediterráneo volvió a resultar la más mortal del mundo, con al menos 1417 personas fallecidas tratando de llegar a Europa, aunque debido a la pandemia y los fuertes controles fronterizos, las llegadas de migrantes se redujeron a menos de 100 000 durante el año. De nuevo, las solicitudes de asilo en el conjunto de la Unión Europea volvieron a descender, y se concentraron principalmente en Alemania, Francia y España, mientras que la tasa de reconocimiento se mantuvo estable y se aprobaron de media una de cada tres peticiones.

 

Por último, para CEAR el nuevo Pacto de la UE sobre Migración y Asilo supone continuar una política basada en los retornos, reforzando el papel de Frontex, además de imponer la responsabilidad de la acogida al primer país de entrada, sin ofrecer soluciones basadas en una solidaridad compartida con los países del sur de Europa (España, Italia, Grecia y Malta). “Al no definir un mecanismo de reparto obligatorio, el supuesto sistema de solidaridad entre países se queda convertido en un menú a la carta que permite a los Estados del norte de la Unión convertir a los países del Mediterráneo en el parapeto de las llegadas y acogidas, con una implicación voluntaria y no vinculante. Por tanto, es una nueva oportunidad perdida para que la UE muestre su compromiso con la protección de las personas refugiadas de una forma equilibrada y justa”, lamentó Lorenzo.

 

 

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