Se integra en el grupo Fetasa* y fue, de entre todos sus componentes, el escritor con menos inclinación hacia la vida pública, incluso cuando ya los demás habían sido aceptados, tanto en sus propuestas como en su peculiar escritura narrativa. Por otra parte, su obra, muy escasa en relación con la de sus compañeros de grupo, solo empieza a difundirse entre los años 1980 y 1990. Con la particularidad añadida de que fue siempre un escritor muy autocrítico y muy exigente con su propia escritura, tal dicen quienes lo conocieron. Una profunda crisis personal coincidiría con la publicación (muy descuidada) de su única novela, lo que influyó negativamente en su distribución, difusión y repercusión crítica. En 1988 funda la revista Fetasa* que dirigiría Juan José Delgado*. En el primer número de la misma se incluye su ensayo “Lo fetasiano”, paginas en donde explora y explica, a partir de Altos crecen los cuervos y Cerveza de grano rojo, de Rafael Arozarena*, los rasgos determinantes de una manera de entender la escritura que chocaba frontalmente con la establecida en la narrativa española del medio siglo. Explicación que subraya las propuestas de fetasa en relación con una crisis política, religiosa y literaria que obliga a que el irracionalismo sea el único camino de salida y renovación posibles. Esto ha convertido a José Antonio Padrón en el teórico de referencia ineludible cuando de abordar el estudio de esos autores se trata. Además del ensayo citado, la obra de nuestro autor se limita a los artículos: “Más sobre Fetasa e Isaac de Vega” (El Día. Santa Cruz de Tenerife, 4 mayo 1974) y “Juan José Delgado. Canto de verdugo y ajusticiados” (La Página, núm. 9, 1992); el relato “Sonrisa de futuro” (La teja de Bogotá, 1986) y la novela Tubalcaín setenta veces siete (1989). En 2007, Roberto García de Mesa reúne el total en José Antonio Padrón. Obras Completas. El crítico, además, incorpora al conjunto una segunda novela, que su autor había dejado sin concluir: Saeculum Obscurum.