El último Canto de la Cuarta parte (y última) del Templo militante de Bartolomé Cairasco de Figueroa está dedicado a san Silvestre (Cairasco suele escribir “Silvestro”). La primera parte del Canto, o sea, su introducción, es una canción italiana formada por seis estancias de veinte versos cada una, con la característica de estar formadas por diecinueve endecasílabos y un heptasílabo (siempre el verso diez). En total, son 120 versos. Esta misma estructura métrica la utiliza Cairasco en la introducción del Canto de san Eusebio (Tercera parte del Templo militante). También tiene la misma estructura la introducción del Canto de Sergio, Baquio, Marcelo y Apuleyo (Cuarta parte), y la introducción del Canto de san Marcos, Papa (esta vez son cuatro estancias, y no seis), de la Cuarta parte del Templo militante. La Canción IV de Garcilaso de la Vega contiene ocho estancias con la misma estructura métrica que la de Cairasco; contiene además una despedida de nueve endecasílabos. El carácter de la Canción de Cairasco se aleja del autoanálisis de Garcilaso; es más expositivo que personal, aunque también esto último forma parte de ella. Incluso hace una apelación a la “fealdad” en la estancia segunda.
En el usual reparto del Canto del santo que toca, el senado de las virtudes elige a quien contará su vida en las octavas que siguen (en este Canto son 59). Esta vez el senado de las virtudes decide que deben cantar y contar la vida del papa Silvestre las personificaciones de la salud del alma y del cuerpo (estancia segunda). En las estancias tercera y cuarta nos presenta el poeta la definición de las dos saludes. En las estancias quinta y sexta se nos presenta la descripción de la Salud corporal y la del alma, como si el poeta estuviera describiendo algún cuadro. La salud corporal viene a caballo; ambas madrugan y entran con grande acompañamiento. Se trata de las acostumbradas “teorías” o procesiones al estilo griego.
El porqué Cairasco dedica esta introducción a la Salud nos lo explica en la estancia segunda: porque el papa Silvestre curó la lepra que padeció el Emperador Constantino el Grande. Hoy sabemos que este hecho pertenece a la leyenda. A través de las cuatro partes del Templo militante aparecen más de cien referencias a las dos saludes, y a los remedios, unas cincuenta a los médicos y otras tantas a la medicina. Hay tres apariciones del término “receuta” y seis de “fármaco”.
En la vida del santo, a la que dedica Cairasco 59 octavas reales, se aparta de la fuente de donde la extrae (el Flos sanctorum nuevo de Alonso de Villegas), y aprovecha su nombre para dejar constancia de su tierra canaria. Esto ocurre en las cinco primeras octavas, que me atrevo a presentales (también la sexta, que es la usual invocación a la Virgen que suele poner en casi todos los Cantos de su obra), donde llama a su Templo militante “sagrada selva”, “gran historia”. Como anillo al dedo le viene el nombre de la Selva de Doramas. Hace patente la existencia de este personaje de la época de la conquista de Gran Canaria, y llega a llamar al hijo de la Virgen María “divino Doramas”, un verdadero “atrevimiento”, pues fue uno de los últimos caudillos canarios que dieron su vida luchando contra los castellanos apenas hacía algo más de un siglo (1480-1481). Sabemos que esta no es la primera vez que Cairasco referencia a Doramas en su obra. A más de uno se le torcería el gesto al comprobar los atrevimientos de Cairasco, y quizás sea esta una de las causas de que las autoridades no se hayan empeñado en que los canarios tengan la oportunidad de leer lo que escribió nuestro primer gran poeta. La Cuarta parte del Templo militante se publicó en 1614 y en 1615, después de la muerte de su autor (1610).
SAN SILVESTRE, PAPA Y CONFESOR. SALUD.
1 Después de la batalla la victoria,
2 Si a la salud del cuerpo miserable,
3 Es la salud del cuerpo un don precioso
4 Es la salud del alma un don celeste,
5 Salió a caballo, llena de contento,
6 Del alma la salud salió más bella
[Octavas]
2 Una famosa selva está en Canaria,
3 Imperio en esta selva, rara al mundo,
4 En medio está una cueva entapizada
5 El nombre de Silvestre, y ser aquesta
6 Virgen y madre selva, do hay cipreses,
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Nota
1. DLE: "almo, ma: Del latín almus, derivado de alere 'alimentar'. 1. adjetivo poético. Criador, alimentador, vivificador. Alma Ceres. 2. adjetivo poético. Excelente, benéfico, santo, digno de veneración. El segundo alma significa, pues, 'benéfica', 'excelente', 'santa', 'fecunda'. Cairasco emplea con frecuencia este adjetivo, que es verdaderamente culto.