La infancia y la adolescencia de la poeta estarán marcadas por las visitas a la cárcel, hasta 1943, en que su padre es liberado. Entre 1939 y 1946, estudia bachillerato en el Instituto Cabrera Pinto (La Laguna, Tenerife). Luego, Derecho en la Universidad de La Laguna. Allí conoce al también poeta Julián Herráiz*, con quien mantendrá un breve noviazgo. Su padre emigra por entonces a Venezuela y Herráiz muere temprnamente (1948). La poeta pasa por una honda crisis emocional y decide viajar sola a Madrid. Allí trabaja como institutriz y contrae matrimonio en 1952. Su marido es un empleado de la compañía Iberia y mutilado de guerra. La escritora se dedica entonces al cuidado de sus dos hijos; pero se interesa mucho por la literatura y la música, por el teatro y sobre todo por el cine. Viaja por España. Muere su segundo hijo a los seis años. Una dura temporada, al comienzo de los años sesenta, y escribe su primer libro, dedicado precisamente a la muerte del hijo. En los años setenta, sigue un curso de narrativa infantil; se interesa por las rimas y canciones infantiles; completa luego otro curso de Biblioteconomía, en el Instituto Internacional. Estudia ruso, que añade en sus conocimientos al alemán de su juventud. En 1973, se inscribe como socia en el Ateneo madrileño. Estudia italiano y cultura italiana, hasta el punto de considerar este idioma como su segunda lengua. En 1980 muere su marido. Viaja a Italia en varias ocasiones. Aparecen poemas suyos en el diario ABC y en la Revista de Bellas Artes. Amistad con Gerardo Diego y Gloria Fuertes. Colabora en la revista Alaluz* y en los diarios Ya e Informaciones. Publica: Árbol tendido (1967), Nudos (1973), Isótopo 56 (1974), Isla de Septiembre (1977), donde ella misma se ve a través del paisaje de Tenerife, o Rumor de límites (1987). En 2003, ya fallecida la escritora, se tiene la idea de reunir toda su poesía bajo el título de De nardos y brisas; pero no se llega a realizar la edición hasta que Covadonga García Fierro publique, en 2012, la Poesía Completa de la escritora que, al parecer, aún dejaría inéditos dos libros de narraciones: Cuentos a Pitusa y Sueños de porcelana, y uno de poesía, Ancla en la tierra, cuyo original no se ha encontrado.