Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

El Rancho de Ánimas de La Aldea (I): contexto, evolución histórica y Proyecto de Desarrollo Comunitario. (Incluye AUDIO)

Martes, 12 de Febrero de 2019
Stefan Navarro Ojeda
Publicado en el número 770

Las primeras jornadas del Proyecto se celebraron en diciembre de 1992 y su tema central giraba en torno a los Ranchos de Ánimas y la Navidad en Canarias. Los que existían en ese momento estuvieron presentes en la parroquia de San Nicolás de Tolentino.

 

 

Tal como recogen los investigadores, las canciones de difuntos procedentes de la geografía peninsular, se cantaban en su inmensa mayoría por mujeres.

El repertorio de Ánimas solía ser interpretado por plañideras profesionales, mujeres especializadas que eran pagadas para acompañar a la familia del duelo (…) las mismas plañideras eran las que, anualmente en la víspera del día de Todos los Difuntos, recorrían la ciudad con cantos petitorios pidiendo dinero para celebrar las misas por las Ánimas del purgatorio1.

 

Las referencias que coexisten en relación al Rancho de La Aldea nos muestran que no participaban mujeres en esta práctica, aunque hoy en día sí se encuentran dentro de esta manifestación. Aún así la mayoría de participantes son hombres. 

 

1. Contexto geográfico, social y cultural del municipio de La Aldea.

 

Localización de Canarias y La Aldea de San Nicolás en el contexto geográfico de tres continentes

 

El municipio de La Aldea de San Nicolás se encuentra en el Oeste de la isla de Gran Canaria, siendo uno de los municipios más aislados de la misma debido a su orografía montañosa, uniéndose a esto la precariedad en cuanto a las vías de comunicación. Como añade Francisco Suárez, se trata de “una isla dentro de otra isla”2.

 

En él se asentaba uno de los poblamientos aborígenes más importantes de la isla de Gran Canaria, distribuidos por todo el valle hasta la costa, desarrollándose una economía de subsistencia. A partir del siglo XIV, llegan los primeros navegantes con el fin de recolectar hombres para ofrecerlos como esclavos o comercializar con la sangre de drago. Es en este contexto cuando unos evangelizadores mallorquines se establecen en dicho municipio instaurando la devoción al santo (San Nicolás de Tolentino) que hasta hoy día aparece en el nombre de esta localidad y por el que cada año, entre el 9, 10 y 11 de septiembre, se celebran las fiestas en su honor. Después de conquistar Gran Canaria eliminando la sociedad aborigen a través de la esclavitud y la violencia por parte de los conquistadores, el municipio de La Aldea pasa a formar parte de varios colonos, que implantan a medida que pasan los años el cultivo de la caña de azúcar; más tarde se optó por llevar a cabo plantaciones de cereales y hortalizas, perteneciendo la mayoría del terreno explotado a la familia Nava Grimón. No obstante, fue a partir del siglo XVIII cuando La Aldea crea una estructura como pueblo, siendo la exportación, comercializando al mercado interior de Canarias de productos agropecuarios, su principal fuente económica.

 

De gran relevancia fue el famoso Pleito de La Aldea, proceso que duró tres siglos, desde 1630 hasta 1927, con varias fases socio-políticas en las que el pueblo se rebeló contra el caciquismo instaurado durante todo este tiempo. El enfrentamiento por las tierras acabó en 1927, con la visita del ministro de Gracia y Justicia Galo Ponte, optando el Estado por adquirir a través de la expropiación los cultivos que hasta el momento pertenecían a un consorcio latifundista.

 

Debido a la instauración, explotación y exportación del cultivo del tomate (parte fundamental en la historia del pueblo) a partir de 1898, el movimiento que tenía el puerto y el fin del Pleito de La Aldea, el municipio ve un enorme desarrollo social, económico y cultural. Aún así, las diferentes guerras desencadenaron penurias económicas, aunque fue al finalizar la II Guerra Mundial cuando la situación se vuelve a estabilizar, creándose espacios culturales y educativos.

 

En la actualidad, la base económica del municipio es la exportación del tomate a Europa, la cual no pasa por un buen momento. En cuanto al nivel demográfico, no supera la cifra de 9000 habitantes debido a la emigración de muchas personas, la mayoría jóvenes, a otros puntos de la geografía insular a causa de la mala situación económica por la que pasa dicha localidad. En cuanto a la cultura, destacamos la labor que desempeña la Banda de Música Aires de La Aldea, que organiza varios conciertos al año, así como cursos y clases de formación instrumental. Otro de los valores culturales más significativos, propios de la localidad, es la entidad del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea, del cual -por su relación directa con los Ranchos- hablaremos más adelante.

 

Por último debemos añadir que el carácter del aldeano es un perfil fuertemente marcado por la lucha constante en su día a día, así como la cercanía entre los propios miembros del municipio. Pero una de las características que -parece- definen de forma clara a esta comunidad, es la amabilidad y respeto hacia el visitante que pasa por la región.

 

 

2. Evolución Histórica del Rancho de Ánimas de La Aldea. Las primeras noticias que se tienen relacionadas al Rancho de Ánimas de La Aldea son a partir de 1742, justo cuando se constituyó como parroquia el municipio. En este momento vemos la contabilidad de la cofradía de Ánimas con diferentes gastos del Rancho destinados a cuerdas, tabacos o aguardiente, amén de comprar instrumentos, como los panderos.

 

Entre las diferentes personas que participaron en el Rancho, destacamos a Manuel Araujo y Lomba, natural de Galicia, que consta en el Archivo de la Parroquia de San Nicolás de Tolentino (La Aldea), en 1745 aproximadamente, como mayordomo de la cofradía de Ánimas. La cofradía no solo se dedicaba al culto de los finados mediante las actuaciones del Rancho, ya que también se compró a mitad del siglo XVIII un cuadro de Ánimas expuesto en la actual parroquia, así como el altar de las Ánimas. Un dato relevante es la existencia de un segundo Rancho vinculado a la misma parroquia. Según Suárez Moreno, se trata del desaparecido Rancho de Tasarte, barrio perteneciente al municipio de La Aldea. La primera referencia que se tiene de este data de 1836.

 

A lo largo del siglo XIX, los ingresos del Rancho de Ánimas disminuyen hasta el punto de desaparecer la propia cofradía, produciéndose lo que nuestro investigador de referencia menciona como decadencia total en Canarias de los Ranchos3.

 

Otra de las personalidades impulsoras del Rancho y de la cultura en el pueblo de La Aldea, en las primeras décadas del siglo XX, fue el cura León Llarena, párroco de la iglesia de San Nicolás de Tolentino, que aportó gran entusiasmo en este tipo de actividades. Todo ello se puede comprobar en las diferentes salidas del Rancho, sucesivamente hasta mediados de los años cuarenta.

 

El Rancho de La Aldea cesó su actividad en torno a la mitad del pasado siglo XX. La fecha de inicio del periodo de inactividad no se sabe con total seguridad. Comenta Suárez Moreno que, cuando tenía siete u ocho años (en torno a 1955 o 1956), recuerda oír el Rancho en el barrio de Los Espinos, sitio donde vivía. Por lo tanto, podemos afirmar que -tal como dice José Pedro Suárez, coordinador del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea- el Rancho en el año 1945 ya no entró en la parroquia, aunque si continuó su actividad varios años fuera de esta.

 

A finales de la década de los años ochenta, se decide recuperarlo, aspecto que se ampliará más adelante. Es en este momento cuando entra a formar parte de esta manifestación, aunque de forma minoritaria, la figura de la mujer que nunca había participado. Debido a este “sueño” y su consiguiente recuperación, el Rancho de La Aldea -a diferencia de los demás Ranchos de Ánimas de las Islas- no tuvo una continuación o evolución lineal. Por esto ha mantenido determinadas estructuras, instrumentos y cantos de mediados del siglo pasado. Por ejemplo, según José Pedro Suárez, existen testimonios muy antiguos que aseguran que en el Besapiés del Niño, los participantes del Rancho realizaban una especie de danza. Las fuentes orales de los informantes describen la posible danza como “saltos al son de los panderos”.

 

Actualmente el Rancho lo conforman tres generaciones, y destaca la presencia de Cornelio Díaz, hijo del ya fallecido Venancio Díaz, lo cuales siguen una tradición familiar en torno a este fenómeno cultural. Además, esta costumbre familiar no ha parado, y el hijo de Cornelio, Daniel (de nueve años), es un integrante más en la actualidad en el Rancho aldeano. Destacamos la presencia de otro joven de tan solo 12 años, en este caso nos referimos a Gabriel Rodríguez, que nos manifiesta que ya improvisa alguna copla.

 

El actual cantador de alante (persona que dirige e improvisa en el Rancho), como comúnmente se conoce, es Bernabé Sánchez, más conocido como Carmelo, que además realiza de forma artesanal los panderos y panderetas que se utilizan. Con sesenta y seis años, sigue también la tradición familiar en torno al Rancho, debido a que su padre Juan Sánchez (conocido como maestro Juan Cayetano el de las Cañadas), así como varios tíos, participaron en esta manifestación. De hecho, se reunían tantas veces en casa de uno de sus tíos, Antonio Sánchez, más conocido como Antonio Pestana. Entre las personas que él mismo nombra como las causantes de su cariño por el Rancho, destaca Fulgencio Díaz, tío político y gran conocedor de este repertorio.

 

Aunque el futuro del Rancho es totalmente incierto, a través del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea se han creado proyectos educativos donde los escolares pueden conocer más de cerca las características principales de esta manifestación para poder aprenderlo, interiorizarlo, ejecutarlo y difundirlo. Por otra parte, poco a poco las funciones que tenía en el pasado han ido mermando, por lo tanto, desde hace años y de forma testimonial el Rancho canta cada 24 de diciembre en la parroquia de San Nicolás de Tolentino.

 

 

3. Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea: organismo recuperador del Rancho de Ánimas de La Aldea. La labor que ha desempeñado a lo largo de los años el Proyecto de La Aldea, y que en la actualidad sigue desempeñando como protección, recuperación y difusión del patrimonio cultural en Canarias, es fundamental en la conservación de las costumbres de dicha comunidad autónoma. Debido a este tipo de iniciativas, en Canarias se puede disfrutar de la enorme riqueza de su patrimonio y costumbres, dándole más identidad si cabe a esta población. Este organismo ha sido de gran importancia en la recuperación, preservación y difusión del Rancho de Ánimas de La Aldea, como ya se ha dicho y como vamos a ir viendo en detalle.

 

3.1. Historia. A partir de los años 80 del siglo pasado, una pareja de maestros naturales de La Aldea de San Nicolás (Gran Canaria), José Pedro Suárez y Lidia Sánchez, realizan un trabajo conjunto en la recuperación de la cultura popular de dicho municipio, con el principal objetivo de implicar a todos los miembros de la comunidad vecinal para que de forma conjunta y simultánea, por parte de tres generaciones de aldeanos, se pusiera en marcha el Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea4.

 

Dentro de los premisas fundamentales y que lo distinguen, destacamos el riguroso respeto a los valores de la cultura popular tradicional que se ha conservado en las Islas Canarias, y en concreto en el Oeste grancanario. Todo esto les ha permitido alcanzar varias metas fundamentales en los más de 30 años que este conjunto de personas lleva trabajando:

1) La posibilidad de ofrecer a escolares y a los propios docentes un reencuentro con el pasado, así como poder trabajar a partir de proyectos docentes relacionado con contenidos de la tradición oral de Canarias. 

2) Se ha estimulado la formación de un espíritu de orgullo legítimo entre los más viejos del pueblo, quienes han acogido como un compromiso personal la transmisión de su experiencia y saber en todos aquellos aspectos de la cultura popular tradicional, que desde tiempo inmemorial les ha permitido enraizarse en la tierra sobre la que se establecieron sus antepasados.

3) Integración en cuanto a las relaciones intergeneracionales, con participación -de una manera u otra- de casi todo un pueblo.

4) Difundir no solo el patrimonio recuperado e investigado, sino además compartir y debatir el resultado de las investigaciones y las conclusiones obtenidas.

 

Destacamos los treces espacios museísticos repartidos por el casco del municipio de La Aldea, que a través del Proyecto y gracias a la colaboración de muchas familias imitan el ambiente tradicional del mundo rural. La temática de estos espacios va desde cómo se estudiaba hace sesenta años (“La Escuela”) hasta descubrir cómo se trabaja en los diferentes oficios, con museos que recrean de forma exacta las labores que se llevaban a cabo en las herrerías, carnicerías o zapaterías de la cultura tradicional isleña. Por otra parte, destacamos uno de los museos (“La Gañanía”), al imitar una casa familiar de la época donde se aprecian las diferentes labores que en este tipo de viviendas se llevaban a cabo, con una parte en la que habitan los animales más comunes en estas casas. Es importante matizar que estos museos etnográficos adquieren la denominación de vivos debido a que nos ponen en contacto con personas que nos cuentan y reproducen su forma de vida, con lo que es una concepción de museo como espacio participativo, no solo expositivo.

 

3.2. Jornadas Educativas de Cultura Popular. A lo largo de más de veinticinco años, se llevan desarrollando unas jornadas organizadas por el Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea donde se expone, reflexiona y reivindica la cultura tradicional desde distintos ámbitos. Durante un fin de semana, se alternan ponencias, conciertos, talleres, visita a museos, así como tener la oportunidad de acercarse al patrimonio cultural no solo del municipio de La Aldea, sino de toda Canarias y en alguna ocasión del territorio peninsular o internacional (Cuba, Venezuela...).

 

Cabe destacar que en las XX Jornadas Educativas de Cultura Popular de La Aldea participó un grupo de estudiantes de la licenciatura Historia y Ciencias de la Música impartida por la Universidad de Salamanca junto con las profesoras Matilde Olarte y Matilde Chaves, nutriéndose además del patrimonio cultural conservado a lo largo de la geografía insular. A raíz de este primer encuentro, la Universidad de Salamanca y el Proyecto de Desarrollo Comunitario firman un convenio de cooperación educativa5.

 

Las primeras jornadas, que por aquel entonces se denominaron I Jornadas Regionales de Folclore, se celebraron los días 11,12 y 13 de diciembre en 1992, que fijó un precedente en el municipio de La Aldea en cuanto al valor de la recuperación, preservación y difusión de la cultura popular canaria. El tema central giraba en torno a los Ranchos de Ánimas y la Navidad en Canarias, con investigadores de la materia como es el caso de Rosario Álvarez, Oriol Prunes o Benito Cabrera, así como los Ranchos existentes en ese momento a lo largo del archipiélago canario6. Uno de los puntos fuertes de estas jornadas fue el encuentro de Ranchos de Ánimas y Pascuas celebrado en la parroquia de San Nicolás de Tolentino. En este acto se pudieron oír las melodías de los Ranchos de Fuerteventura, Lanzarote y Gran Canaria, con una gran expectación por escuchar el recién recuperado Rancho aldeano7.

 

A lo largo de más de todas las jornadas que se han celebrando hasta el momento, se ha ido cambiando de temática, pero siempre con un nexo fundamental: el apoyo a la cultura popular y todos los elementos que la integran.

 

3.3. Metodología empleada por el Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea. El Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea se ha consolidado como uno de los referentes en cuanto la recuperación, estudio y difusión de la cultura popular canaria. Las herramientas utilizadas en el trabajo de campo a la hora de recuperar el repertorio del ciclo anual, no son otras que mimetizarse entre las personas mayores del pueblo, las responsables de transmitir todo su conocimiento adquirido a lo largo de sus vidas. Esto es muy significativo debido a que los informantes, que en la mayoría superan los ochenta años de edad, no solo se sienten felices de poder contar sus vivencias, sino que además se sienten útiles por estar colaborando en la preservación de unos conocimientos que poco a poco se van perdiendo con el paso de los años, debido a que es a través de la transmisión oral por donde se trasladan estos saberes populares.

 

Uno de los aspectos interesantes de la filosofía del Proyecto es su interés en la difusión de las investigaciones realizadas ya que, según los coordinadores, de nada sirve la recuperación si la propia gente del pueblo no tiene acceso a los datos recopilados. Además de programar las jornadas anuales, así como los museos y las distintas representaciones del ciclo del año8, han sacado a la luz una considerable muestra de materiales y estudios vinculados a la tradición oral de su contexto sociohistórico.

 

Pero no solo los mayores son importantes dentro de esta entidad a la hora de recuperar y difundir el patrimonio de la cultura popular. También los niños y las niñas del municipio son otra de las partes fundamentales, pues participan en las actividades y, con el paso del tiempo, todos los conocimientos adquiridos son transmitidos a los más jóvenes, estando garantizada la pervivencia a lo largo de varias generaciones de estos aspectos de la cultura popular. Otro de los datos reveladores de la enorme labor que realiza esta entidad, son los proyectos educativos que año tras año ejecutan con distintos escolares de todo el Archipiélago, dando la oportunidad a estos de acercarse a cómo era la forma de vida en la época de sus abuelos y poniendo de manifiesto una vez más la importancia que tiene preservar este tipo de conocimientos y costumbres.

 

 

3.4. Recuperación del Rancho de Ánimas. Después de un sueño de más de 35 años, el Rancho de Ánimas de La Aldea reinicia su andadura como manifestación músico-cultural. Pero ¿qué es lo que propicia este renacimiento?

 

Según Suárez Moreno, a través de varias personas amantes de las diferentes costumbres canarias e interesados en recuperar el Rancho de Ánimas de La Aldea, como es el caso Ángela Luisa Montul, encargada a mediados de la década de los ochenta del club de pensionistas del municipio de La Aldea, se dan los primeros pasos para llevar a cabo dicha recuperación. Así, fueron buscando a los antiguos integrantes del Rancho, destacando a Marcelino Hernández (antiguo improvisador del Rancho)9 o Antonio Ramos, entre otros. Poco a poco se fueron recogiendo los diferentes testimonios, e incluso llegaron a ensayar, pero -según el cronista de La Aldea- “no se entendieron”, por lo que abandonaron el reinicio de esta práctica. 

 

Pero, en los últimos años de la misma década, Lidia y José Pedro, fundadores coordinadores del Proyecto Cultural, retomaron de forma metódica la labor de recuperación a través de los testimonios de diferentes informantes relacionados a lo largo de su vida con el Rancho, como es el caso de Francisco Evaristo Díaz, más conocido como Fulgencio. Así, pudieron ayudar a despertar del sueño tan profundo en el que estuvo sumergido el Rancho de La Aldea. Según Suárez, nos hallamos ante la primera gran labor respecto a la recuperación del patrimonio cultural popular canario que llevó a cabo el Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario. Lo que se intentó, según José Pedro Súarez, fue devolver la ilusión a las personas que quedaban vivas que de una forma u otra estuvieron relacionados con esta manifestación.

 

En 1990 el Rancho ya estuvo a punto de salir de nuevo a la calle, y así lo especifica Suárez Moreno en un artículo en la prensa10, pero no se llegó a realizar esta idea porque los integrantes del Rancho no se encontraban seguros. El 8 de diciembre de 1991 fue cuando finalmente se verá recompensado el trabajo de varios años de investigaciones, y el Rancho sale después de más de treinta y cinco años de inactividad11. En diciembre de este mismo año se realiza la primera grabación de campo a través de la firma Tecnosaga, donde se recoge el canto del Rancho de Ánimas de La Aldea.

 

Si tenemos que destacar una zona de gran tradición entorno al Rancho de La Aldea, es nuestro deber mencionar al barrio de Cuermeja y Los Espinos, y en particular dos familias, los Sánchez y los Rodríguez, causantes principales de que esta manifestación siga viva. En este sentido, Bernabé Sánchez González, Carmelo, es uno de nuestros principales informantes y fue de los que retomó la actividad de esta práctica debido a que procede de una familia de tradición ranchera por parte de su padre y de su tío. Actualmente es el cantador de alante o el que echa adelante12 y maestro artesano de panderos. Este integrante preservó instrumentos musicales que sus antepasados empleaban, y así ocurre con otros integrantes ya fallecidos de la zona de Cuermeja, como es el caso de Venancio Díaz. Esto es muy importante a la hora de la recuperación y de obtener información directa de cómo eran los instrumentos utilizados para este repertorio, debido a que se manejan o se hacen réplicas a partir de los utilizados antes de que empezara el periodo de inactividad del Rancho de La Aldea.

 

(Muestra del Rancho de Ánimas de La Aldea en 2002)

 

 

Notas

1. Olarte, M (2011). "La mujer rural española vista a través de la mirada urbana: primeros investigadores extranjeros en trabajos de campo antes de la guerra civil española". Mujeres en la Historia, el Arte y el Cine. Discursos de géneros, variantes de contenidos y soportes: de la palabra al audiovisual, Salamanca, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Salamanca, p. 77.

2. Para una mayor profundización en la historia del municipio de La Aldea de San Nicolás, recomendamos leer el libro del cronista del municipio: Suárez, F. (1999). La historia de La Aldea de San Nicolás. Tenerife: Centro de la Cultura popular Canaria, p. 17.

3. Suárez, F. (2008). Los Ranchos de Ánimas en Canarias. Aspectos históricos en la cumbre y suroeste de Gran Canaria. Gran Canaria. Recuperado el 14 de febrero de 2013 de: , p. 27.

4. Véase: página web del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea. Recuperado el 20 de junio de 2013.

5. Véase: Noticia en prensa del convenio firmado entre la Universidad de Salamanca y el Proyecto de Desarrollo Comunitario de La Aldea, <http://www.bienmesabe.org/noticia/2012/Noviembre/launiversidad-de-salamanca-y-el-proyecto-de-la-aldea-firman-un-convenio-educativo>. Recuperado el 30 de noviembre de 2012.

6. Véase: Suárez, F. (1992), "Hoy concluyen las Primeras Jornadas de Folclore". Canarias 7, Recuperado el 15 de febrero de 2012: Jable: Archivo de Prensa Digital

7. Estas noticias resumen lo acaecido en los días tres días de jornadas. Suárez, F. (1992). "Cantos de Amor y Muerte". Canarias 7. Recuperado el 15 de febrero de 2013: Jable: Archivo de Prensa Digital.

8. Se trata de una reproducción de forma teatral de las costumbres y tradiciones representativas del municipio de La Aldea a lo largo del ciclo anual, que empieza y finaliza cada 11 de septiembre con motivo de la Fiesta del Charco, pasando por todos los periodos destacados como es la zafra del tomate, el carnaval, las fiestas de mayo o la Navidad, donde se explica la manifestación del Rancho de Ánimas. Recomendamos visitar la página web del Proyecto Cultural de Desarrollo Comunitario de La Aldea donde además, existen unos videos explicativos del ciclo del año:<http://www.proyectolaaldea.com/cicloanual/> Recuperado el 19 de junio de 2013.

9. Como muestra de las primeras investigaciones respecto al Rancho de La Aldea, destacamos una entrevista llevada a cabo por Francisco Suárez a Marcelino Hernández. Véase: Suárez, F. (1984). "La navidad y los Ranchos de Ánimas". Canarias 7. Recuperado el 15 de febrero de 2013: Jable: Archivo de Prensa Digital: <http://jable.ulpgc.es.bibproxy.ulpgc.es/jable/cgi-bin/Pandora.exe>.

10. Véase: Suárez, F. (1990). "El Rancho de Navidad, una tradición que se recupera". Canarias 7. Recuperado el 15 de febrero de 2013: Jable: Archivo de Prensa Digital: <http://jable.ulpgc.es.bibproxy.ulpgc.es/jable/cgi-bin/Pandora.exe>.

11. Suárez, F. (1992). "El Rancho de La Aldea vuelve a escena después de 35 años". Canarias 7. Recuperado el 15 de febrero de 2013: Jable: Archivo e Prensa Digital: <http://jable.ulpgc.es.bibproxy.ulpgc.es/jable/canarias7/1991/12/14/0028.htm?palabras=Rancho+aldea>.

12. El “cantador de adelante” o “el que echa adelante” es la persona encargada de cantar las coplas para que posteriormente le siga el coro, así como llevar a cabo las improvisaciones. Proyecto de Desarrollo Comunitario de La Aldea (1996). "El Rancho de Ánimas de La Aldea". El Pajar, Cuaderno de Etnografía Canaria, (s.n.). p. 24.

 

 

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