El autor lo describe de la siguiente forma: "un inmenso portaviones (...) soterrado, aparentemente pacífico, anclado en la soledad señalada junto al vértice oriental del océano antaño tenebroso, la cara abierta al sol perenne y a la brisa amable del alisio que a veces alcanza a bañarlo; aparentemente dormita solitario". "Lugar de recreo y de placer a chorros a pocas millas del hambriento y ambicioso continente del simún (...) frontera o puerta, puente o barranco, cumbre o abismo, ciudadela intocable, puerto o inmensa casa de putas universal bajo el mismísimo tropicus cancri".