Doctor en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, será catedrático de Dibujo Arquitectónico y director en la Escuela de Arquitectura Técnica de la Universidad de La Laguna. Director del Departamento de Expresión Gráfica en Arquitectura e Ingeniería de la misma Universidad. También es notable su obra de creación artística, dedicada fundamentalmente a la escultura. Obras suyas figuran en el Florida Museum of Hispanic and Latin Américan Art (Miami, USA), en la casa museo José Martí (La Habana, Cuba), y en diversas colecciones particulares españolas y extranjeras. Casado con la pintora Arminda del Castillo. Su dedicación literaria la inicia también en torno a la generación universitaria de 1950, y se centra exclusivamente en la poesía. Utilizará el nombre literario de Fernando Garcíarramos. Colaborador habitual en suplementos y revista literarias del Archipiélago. Desarrolla también una voluntariosa labor para la recuperación de la canción popular canaria, componiendo algunos textos o entregando otros para ser musicados. Nunca llegó a editar su primer poemario, La voz desnuda (1949). Ha publicado Tristeza del hombre (1953), El tiempo habitable (1964), De la noche a la mañana (1969), Barruntos (1976), Más claro que el agua (1977), Verdades como puños y Palabra canaria (1978), Roto espejo de la memoria (1979). Balada del viento y Los mitos habitados (1980), Furnias (1981), Tafuriaste (1990), Plenitud (1993), Ailanto (1994), Cantigas (2002), Antología poética y Lo que allí dejé olvidado (2004), Juego de palabras (2007), Anaga aberrunto (2008) o El lado oscuro del resplandor (2013). De 2004 es su libreto para la ópera La dama del mar, con música de Arístides Pérez Fariña.