Funda y dirige allí la revista Cuba y Canarias (1922) y colabora en la fundación del Liceo Canario de esa localidad (1923). También colabora en diarios habaneros como El Guanche o Patria Isleña, Diario de La Marina o El Espectador Habanero. Toma contacto con el grupo de poetas de Camagüey, capitaneado por Nicolás Guillén. Participa activamente en el movimiento asociativo de canarios en Cuba. En 1926 publica el poemario Azul y armiño. Regresa a Canarias en 1930, vuelve muy pronto a Cuba, pero regresará definitivamente a las Islas en 1932. Reside en su isla natal, donde llegará a ser concejal en el Ayuntamiento de su localidad. Colabora en el diario La Prensa, de Santa Cruz de Tenerife, y en las revistas también tinerfeñas Hespérides* y Mensaje*. En 1945, su relato Tanausú será premiado en los Juegos Florales de Tenerife. En 1955 escribe el carro alegórico Amor Eterno, para la Bajada de la Virgen palmera. Y suyos son los libros (además del ya citado Azul y armiño) Poemas del Atlántico (1965), En una isla canaria (1979) o Leyendas Canarias (1982). Dejó inéditos El rosal de los sueños (prosas); Plus Ultra, Nardos de amor y vida, Mirtos del alma, Con el alma, Tratados de las cumbres sublimes, Romancero Canario (poemas); así como Huella de amor, Palabras (conferencias) y Glosario (artículos de prensa).
Foto: portada de un número de Cuba y Canarias