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TRAGEDIA DEL VALBANERA
En busca del buen camino Y de un futuro mejor, En los barcos de vapor Cuba era el magno destino. Isleños de tono y tino, Alegres y emprendedores, Con sus aperos mejores Vinieron a Cuba bella, Donde sembraron la estrella Genuina de sus fulgores.
En el barco Valbanera Llegaron a Cuba un día, Brotes de la sangre mía Con adiós en La Gomera. Lástima que el viaje fuera Una funesta comedia, Nadie las penas remedia, Solo silencio y memoria, En el mar quedó la gloria De aquella voraz tragedia.
Entre Santiago y La Habana Había un formidable sol, Más se tornó el arrebol En tormenta casquivana. El mar bravío no desgana Su apetencia traicionera, Y se tragó al Valbanera Con carga tan dolorosa, Y hoy en el fondo reposa Para la verdad postrera.
Y de aquel infausto viaje Solo algunos se salvaron, Los que en Santiago bajaron Y los demás son oleaje. La tormenta causó ultraje A ilusionados isleños, Llenos de ansias y sueños Que en tan fatídicas horas, Enterraron sin demoras Sus malogrados empeños.
El naufragio fue famoso En Canarias y La Habana, Dio luz a curiosa y sana Página de arte jocoso: Pedro Tocino, el Dichoso, Quiso en Santiago probar El Bacardi y en un bar Olvidado se quedó, Y así fue como salvó El pellejo por azar.
Han pasado muchos años, Aun el dolor es latente En el latir recurrente De los pasos y peldaños. Recuerdos y desengaños, Herencia, clamor, desdén, En barco, en avión, en tren, A pie o en corcel veloz, Cuando se apaga la voz, El cuerpo muere también.
El ruido del mar, el ruido De las olas en las rocas, Semejan miles de focas Aullando cual perro herido. Un navegante perdido En las brumas del azar, Es un antiguo cantar De sirenas y gaviotas, Desde regiones ignotas Y más allá canta el mar.
Francisco Javier Viamontes Correa Uganda, 27 de junio 2013.
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La foto es un detalle de la portada del libro Valbanera. Réquiem por un naufragio de Mario Luis López Isla.