El alcalde de Teguise (Lanzarote), Oswaldo Betancort, descubrió la nueva escultura representativa de una parte muy importante de la historia del municipio de Teguise. Una figura en homenaje al Rancho de Pascua de Teguise, obra del escultor teguiseño Rigoberto Camacho, y que adorna la Plaza de San Miguel, desde que estos días cientos de vecinos presenciaron su descubrimiento, así como la actuación del Rancho de Pascua.
La nueva obra de arte del casco histórico de La Villa, “perpetuará la imagen del Rancho de Pascua de Teguise, y mostrará a los miles de visitantes del municipio un legado histórico y cultural que pervive hoy gracias a labor de los miembros del Rancho, que han sabido transmitir a las nuevas generaciones su orgullo y valor por una tradición que data de varias siglos atrás”, declaró el alcalde en el acto de inauguración. “Nos parece fundamental para Teguise, el hecho de fomentar la convivencia entre municipio y ciudadanía a través de su historia”, concluyó Oswaldo Betancort. Por su parte, la concejala del área de Cultura, Olivia Duque, dirigió también unas palabras agradeciendo “a los integrantes del Rancho su contribución a la riqueza cultural del municipio, y a la conservación de costumbres y tradiciones que hacen de Teguise un municipio con un enorme acervo cultural”.
Sobre el origen del Rancho de Pascuas de Teguise. Los Ranchos de Ánima iniciaban su andadura en el mes de noviembre, siendo su principal objetivo el de recaudar limosnas para el sufragio de las almas. Los Ranchos de Ánima cantaban la Navidad en las calles de Teguise, Haría, Femés, y más tarde San Bartolomé, Tías y Tinajo, viviendo la Navidad durante varios días al ruido de panderos, espadas y otros instrumentos. En Teguise se tienen noticias de su Navidad desde el siglo XVI. En la Nochebuena cantaban en las Iglesias y lo mismo hacían por Año Nuevo y Reyes. Los Ranchos de Pascua aparecen como una variedad del Rancho de Ánima, aunque han reducido su actividad al período de Navidad. El Rancho de Ánimas de Teguise estaba en el convento de San Francisco y se diferencia del resto de los ranchos de Canarias porque es el único que tiene el baile, además de por su antigüedad.