El libro, serio y riguroso, dividido en cuatro partes, cuenta la historia del grupo desde sus inicios en Punta del Hidalgo hasta la actualidad. Lo que resulta extremadamente atractivo de este trabajo de investigación es que los autores hayan dado la voz a los integrantes de todas las épocas. Así, el lector puede opinar libremente. No solo se expresan sus componentes, con opiniones variadas y contrapuestas, sino que, además, los autores recurren a una específica bibliografía con la que sustentar determinados momentos críticos de la mítica formación. Es de agradecer que los escribidores traten a los lectores con respeto. Y este es un caso muy significativo: el lector tendrá la última palabra. El libro, para los amantes de nuestras tradiciones musicales, se lee de un tirón porque tanto Gonzalo Hernández, exmiembro de Los Sabandeños, como Francisco García, profesor de Lengua y Literatura, han sabido combinar los tiempos, las opiniones, las sugerencias y, con la estructuración de esas seiscientas páginas en cuatro grandes capítulos perfectamente diferenciados, facilitan al lector la inmersión en el libro. No hemos de dejar atrás el extraordinario prólogo de Julio Fajardo, también excomponente de la primera etapa. Su nivel literario y estilístico es muestra clara de lo que su autor pretende: respetar la inteligencia de los lectores. Todo un acierto y una sorpresa para el que esto escribe. Es Julio Fajardo mucho más que la imagen que de él proyectan algunos medios. De lo que se infiere que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Como el libro mismo.
Es todo él un recorrido por un tiempo concreto y determinado de la sociedad canaria, donde los cambios sociales no solo acompañaron a Los Sabandeños sino a todos aquellos que tuvimos la oportunidad de seguirlos casi desde el principio. Tengo para mí que muchos lectores llevan vidas paralelas al grupo. Por eso precisamente creo que este libro les gustará y les atrapará. Francisco García y Gonzalo Hernández han sabido presentarlo perfectamente contextualizado. Sí, sí; es un texto “muy trabajado”. Y lo han hecho con respeto. Como debe ser.
Menos mal que todavía hay gente seria que nos saca de la mediocridad que vivimos en estos tiempos tan asirocados. Por eso el rigor del libro y la apuesta que Ediciones IDEA ha hecho de este trabajo debe tener su recompensa en los lectores. Enhorabuena a los que creyeron en la idea, a los que se han arriesgado, a los que la han escrito, a todos los que han colaborado, porque, por fin, las voces de Los Sabandeños han sonado individualmente, sin manipulación alguna.
Como en los viejos tiempos.
¡Ah! ¡Y la portada, con delicada plasticidad artística, es en sí misma una perfecta síntesis en un inquietante mar esperancero!