En este nuevo y llamativo estudio el autor, con título De cuando La Angostura fue un gran lago, se adentra en el conocimiento de un lugar emblemático de Canarias por sus valores geológicos, etnográficos e históricos: La Angostura, perteneciente al municipio de Santa Brígida, una coordenada que Socorro conoce como pocos. El libro, así, está compuesto con clara perspectiva interdisciplinar y con una pluma sencilla y a la vez completa, atractiva al lector por sus diferentes componentes de amenidad. Para la maquetación y el diseño del libro ha sido esencial la labor de nuestro otro colaborador Francisco Suárez Moreno.
Como aperitivo a lo que van a encontrarse en este trabajo, les acercamos las palabras introductorias al mismo:
La Angostura fue en un tiempo un valle bastante más rico y más frondoso, cuando el agus discurría libremente por el lecho del barranco o manaba de fuentes formando pequeños arroyos, donde podía contemplarse a un grupo de mujeres que, de rodillas, lavaba la ropa que luego tendía sobre las matas de la zona. Las aguas fecundaban los muchos predios y huertas de naranjeros que los campesinos habían formado a su amparo. Pero llegó un momento, en torno a los años treinta, en que las heredades de Las Palmas decidieron encauzar las aguas, dada la escasez de las mismas, y entonces el verdor de la sosegada campiña angosturense disminuyó notablemente, y de las fuentes naturales del lugar (El Bucio, Biviescas o la Fuente del Agua) sólo quedaron sus sonoros nombres. Todo el cauce del barranco era un auténtico paraíso defendido por la Naturaleza. Los árboles crecían en las huertas de flores, ñameras y legumbres, esmaltaban uno de los valles más amplios y bellos de Gran Canaria. Pero también esta comarca es una de las más peculiares del volcanismo reciente de la Isla, en cuya cabecera se encuentra el cráter de La Caldereta del Lentiscal, un volcán de baja energía o estromboliano que tiene forma de herradura y que durante su erupción provocó un curioso fenómeno geológico: cerró el cauce represando las aguas corrientes y dando origen a un gran lago natural. Detengámonos un momento al pie de ese cono volcánico que coincide con el borde nororiental del municipio de Santa Brígida, la linde con el término municipal de Las Palmas de Gran Canaria, porque allí hay una serie de detalles que son necesarios conocer, tanto desde el punto de vista histórico como del geológico. Empecemos por conocer el origen de aquel lago natural.
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