Su país natal, el Reino Unido, organizará un ajetreado listado de actividades que se fundamentan en revivir la memoria histórica y literaria de este prodigioso personaje de la literatura mundial. Entre éstos, destaca la exposición Famous Beyond Words (Famosos más allá de las palabras), que se centra en la vida de este autor británico. Además, The Globe, un teatro al estilo de los que frecuentaba Shakespeare, comenzará la gira mundial de Hamlet, cuyos actores, ocho en total, recorrerán durante dos años: 250 países, para pronunciar el conocido ser o no ser. Con este dato, nos percatamos de que la trascendencia literaria de Shakespeare ha traspasado todas las fronteras que nos podamos imaginar.
De este dramaturgo, poeta y actor, que vivía de la venta de sus obras, de la imaginación y destreza de su genio; un estilo de vida, que a día de hoy nos parece más común, pero que hace unos años nos parecía propio de los guiones de Hollywood, solo se conoce su partida bautismal, en la que consta que fue bautizado el 26 de abril en Stratford-Upon-Avon. Lo cierto es que los victorianos, en el siglo XIX, rescataron su legado, y tradujeron sus tragedias y comedias hasta alcanzar medio mundo. En el estudio de sus obras salen a la luz datos que en la actualidad, a nosotros los canarios, nos siguen sorprendiendo, pues Shakespeare tuvo también el detalle de acordarse del vino de Canarias en algunas de sus obras. Y aunque suene curioso, la realidad es que no debería ser un dato tan sorprendente si tenemos en cuenta que a un genio de la talla de este autor no podía pasar desapercibido uno de los vinos más exquisitos y suaves que se comercializaba en Europa y que provenía de un auténtico paraíso, exótico y aún desconocido para muchos.
El vino de Canarias era el mejor del mundo conocido. La vid que se trajo a Canarias, tras la conquista del Archipiélago, eran blancas y de gran calidad, con una alta graduación. También había una variedad traída de Grecia, la Malvasía, la cual destacaba y estaba presente siempre en las cortes europeas, conociéndose como Sack o Canary. El éxito del vino canario se manifiesta en las palabras de personajes creados por Shakespeare, tales como Falstaff, quién hablar de la barrica de Canarias; y también de autores como el gran Walter Scott, quien también menciona este vino en su gran obra Ivanhoe. Haciendo gala del vino canario como caldo de referencia en Europa, Shakespeare lo vuelve a nombrar en su obra Enrique IV. Precisamente, en la segunda parte del acto II, en su escena IV, dice lo siguiente (Mistress Quickly habla con Doll Tearsheet): But, I´faith you have drunk too much canaries and that´s a marvellous searching wine, and it perfumes the blood ere one can say: What´s this? ("Por mi fe que habéis bebido demasiado vino canario. Es un vino maravillosamente penetrante y que perfuma la sangre antes de que uno pueda decir: ¿qué es esto?").
A esta referencia, debemos añadir también otra que se expresan en las obras The Merry Wives of Windsor y Twelfth-Night. En esta última aparece lo siguiente (Sir Tobias habla y pregunta a Sir Andrés Aguecheek): O Knigh! Thou lackest a cup of canary?... (“O Knigh!, te falta una copa de canario?”).
Tras este breve recorrido por las citas de las célebres obras del gran Shakespeare, podemos decir que tras 450 años este autor sigue vivo entre nosotros, y sus importantes trabajos reflejaron la importancia de nuestro Archipiélago en términos vinícolas; lo que, a día de hoy, nos ayuda a comprender mejor el gran prestigio que alcanzaron y que ha permitido dar a conocer al mundo nuestras riquezas gastronómicas.