Los oficios tradicionales son aquellos trabajos en los que la elaboración es desempeñada por el artesano sin necesidad de mecanización. Los materiales son naturales en la mayoría de los casos.

La historia de la artesanía en Moya (Gran Canaria) data desde finales del S. XVIII. Es de gran importancia y privilegio contar con un amplio censo de artesanos en nuestro municipio, no sólo por el proceso que conlleva su elaboración, sino también por la conservación de una tradición a través del tiempo, hecho que lo hace particular. En la actualidad en la Villa de Moya distinguimos; caladoras, modistas, ebanistas-tallistas, loceras, cesteros de cañas, decorador de telas, jaulero o fabricante de perfumes, entre otros. Toda una extensa gama de artículos de elaboración artesana que pueden ser comprados en los diferentes talleres que se reparten por toda la geografía municipal.

La Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la artesanía canaria, FEDAC, es un organismo dependiente del Cabildo de Gran Canana. Sus objetivos se centran en el estudio, la recuperación y el desarrollo de los elementos culturales autóctonos de Gran Canaria, con especial énfasis en el mantenimiento de los oficios artesanos. La FEDAC cuenta con la infraestructura, equipamiento y personal imprescindible para alcanzar sus objetivos. Una de las seis casas-taller de artesanas situadas en distintos municipios la podemos encontrar en las instalaciones de la Casa de la Cultura en Moya. En ella se realizan distintos cursos de artesanía,  y de forma permanente se imparten clases de calado canario.

El Calado. Se cree que tuvo su origen en la Península, concretamente en las provincias de Andalucía y Extremadura, fronterizas con Portugal. Esta labor se explotó hasta 1891. La primera casa explotadora de calados se abrió en 1901. Londres se convirtió en el centro receptor más importante, que tenía el monopolio del abastecimiento de la materia prima para Canarias. Hasta la Primera Guerra Mundial, sobre 1918, el calado fue oficio para numerosas mujeres; con el aumento de la competencia extranjera descendieron las ventas, causa por la cual un menor número de personas continuaron con esta labor. Su definitiva caída tuvo lugar en los años 30, pero la Sección Femenina en los años 50 le dio un empuje, enseñando a calar a las mujeres, llamadas hoy  caladoras. La caladora es la persona que realiza encajes sobre deshilachadas entrama y urdimbre con los puntos elegidos, dominando además los pasos previos de marcado deshilachado y sentado en el bastidor.

El Calado es una obra de artesanía de enorme interés. Se trata de un trabajo muy delicado en telas de diverso material: algodón, seda... Consiste en ir desenhebrando la propia tela para combinar partes huecas con otras donde el hilo está hilvanado. Todo ello se realiza siguiendo un dibujo previo. Es muy frecuente en los manteles y servilletas, que han dado una gran fama a las mantelerías canarias.

Tejedoras. Los telares para tejer traperas, mantas o cualquier otra pieza de tela, sobre todo lana, eran muy frecuentes en los pueblos rurales de la isla de Gran Canaria. Las manufacturas de ropas elaboradas en las Islas no eran muy frecuentes, tanto por no alcanzar un circuito comercial como por la escasez de poder adquisitivo del canario que vivía del campo. Las telas confeccionadas en rústicos telares servían precisamente para luego confeccionar su propia ropa. Hoy en día quedan algunos telares que confeccionan traperas o piezas de tela, pero en sentido decorativo.

Carpintería. Es un oficio muy antiguo que llega a las Islas con los conquistadores normandos, pues era necesario para crear las primeras infraestructuras. Este oficio consiste en la realización de muebles, complementos de las viviendas (puertas, ventanas...), utensilios de cocina, aperos de labranza en madera... Entre los carpinteros destacaron los denominados de ribera, que eran los encargados de elaborar los barcos. Hoy tiene menor importancia pues muchos muebles se compran hechos, y casi todos confeccionados fuera del Archipiélago.

Tallista-ebanista. Es la persona que trabaja en ébano y otras maderas finas (tea, vitacola, morera...). Sus trabajos son encargos en maderas nobles, y esto lo diferencia del carpintero. Entre las piezas más apreciadas por los tallistas están las esculturas de bulto redondo, casi todas santos, cristos y vírgenes de diferentes iglesias. También encontramos algunas piezas como la destiladera donde se colocan las pilas de destilar el agua, algunos balcones típicos canarios realizados en madera de pino de tea.

Instrumentos musicales. Hay una gran variedad de instrumentos musicales que se elaboran en Canarias por artesanos, tanto de cuerda (timples, guitarras, bandurrias...) como de viento (flautas) y de percusión (tambores, panderos…). Esta confección de instrumentos está asociada a la gran afición que hubo, y sigue habiendo, a las parrandas y otras piezas musicales del folklore canario. Los grupos musicales de una gran tradición tienen su origen en los cantos populares que se hacían mientras se recogía la cosecha.

Cestería de caña, mimbre y pírgano. Consiste en la realización de cestos para almacenar o transportar productos agrarios (hortalizas, papas, frutas, verduras...), ganaderos (quesos) e incluso productos manufacturados comprados en las ventas o mercados de los pueblos. Eran muy útiles, pues junto a la carga que llevaban los animales, era muy frecuente ver a las mujeres con enormes cestas de estos materiales a la cabeza, para llevar los productos mencionados de un lugar a otro. La cestería y el trenzado de fibras vegetales conforman una de las actividades artesanales más significativas en Gran Canaria, enraizadas en la sociedad aborigen.

Jauleros. El oficio de confeccionar jaulas, sobre todo con caña, vergas y maderas estuvo muy extendido en la isla. Su finalidad principal era tener algún pajarito en la casa del tipo canario, capirotes, jilgueros…, además de guardar algún animal de caza o pequeñas aves. Las jaulas pueden ser de tipo simple (sólo un compartimento) o complejas, con varios habitáculos en distintos niveles.

Cuchilleros. El cuchillo o naife, que procede del inglés knife, es una pieza de artesanía que en el pasado tuvo mucha utilidad, sobre todo para desfoliar las piñas de plátanos. También era usado para partir el pan y el queso que se llevaba como conduto al campo para comer entre las labores agrícolas. Generalmente se realiza en dos partes: la hoja de acero o hierro y el mango, que lleva un damasquinado de piezas de marfil muy trabajado.

Alfarería. Era una actividad de la mujer (aparte de las labores domésticas) y el hombre ayudaba en la extracción de los materiales. Los productos son olla, escudillas, platos, jarras, etc. Sin tornos ni hornos, los aborígenes canarios fabricaban todo tipo de loza (término con el que se denomina a la producción alfarera tradicional en Gran Canaria) para uso doméstico. La materia prima es un barro de origen volcánico distinto al de otras geografías.

El almagre es un colorante de origen mineral, también volcánico, empleado en la decoración, cuyo uso se remonta al pasado prehistórico insular. La extracción se realiza en puntos cercanos a la carretera. Uno de los más importantes se encuentra en Hoya Pineda. El caliche es el color blanco y se produce a partir de la cal.

Elaboración de perfumes y jabones. Miguel Crespo parte de las propiedades de cada planta y con maestría alquímica, mezcla y complementa con otras plantas, potenciando y equilibrando hasta conseguir el mejor resultado. Los Laboratorios fitocosméticos Crespo LAFICC se centran en la investigación y aplicación de las plantas canarias, fusionándolas con las consideradas Plantas Sagradas. En los Laboratorios Miguel Crespo se trabajan e investigan distintos tipos de aloes y plantas autóctonas, localizadas y utilizadas tradicionalmente en la zona norte de Gran Canaria. Dándole un exclusivo tratamiento para su uso dermocosmético.

Este artículo está extraído de Descubrir Moya, la villa verde de Gran Canaria, editado por el Ayuntamiento de la Villa de Moya.