Hacia 1584 se sabe que vive en Sevilla, donde se distingue como perito de la Casa de Contratación, en cuyas juntas participó para la mejora de los navíos y material para la carrera de las Indias. También en la capital andaluza fue capitán del Rey y diputado de la Universidad de mareantes sevillana. Además de llevar el cómputo de naves españolas de alto bordo, de las que desde Vizcaya iban a la pesca en aguas de Terranova y de las mercantes para Flandes, Francia e Inglaterra, se ocuparía de las mejoras de condiciones y jornal para pilotos, marineros y calafates, y solicitando la autorización de las cofradías. Navegó por las rutas del Atlántico, al parecer durante más de cincuenta años y alcanzó reputación de gran marino. Hacia 1617 cesan las noticias acerca de su persona, y se ignora la fecha de su muerte. Su obra más notable: Arte para fabricar, fortificar y aparejar  naos, escrita en forma de diálogo, se publicaría en Sevilla (1611). Hay edición de 1964, con prólogo de Enrique Marco Dorta*, publicada por el Instituto de Estudios Canarios* de La Laguna (Tenerife). También es suyo el Parecer sobre el viaje de los Nodales por los estrechos de Magallanes y Le-Maire, cuyo original se conserva en el Archivo de Indias.