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La nueva vida del Rastro de Santa Cruz

   
Rastro de Santa Cruz Dia de la Constitucion

El rastro tendrá a partir de Carnavales un horario establecido y unas dimensiones concretas para los 631 puestos que lo conforman. / SERGIO MÉNDEZ

YAZMINA ROZAS | Santa Cruz de Tenerife

El Ayuntamiento de Santa Cruz aprobará en breve la nueva ordenanza municipal que regulará la actividad de venta que se realiza en el Rastro y que supondrá, además, una modificación de parte de su emplazamiento, que se hará efectiva, según la previsión del Consistorio local, después de los Carnavales. En concreto, se ha consensuado que los puestos ubicados en la calle Bravo Murillo se establezcan en la plaza Primero de Mayo, con la aprobación de los empresarios de Fedeco, los propietarios de los puestos y los vecinos del entorno. Según se recoge en la ordenanza, este cambio obedece a que la distribución de los puestos en la calle Bravo Murillo, la aglomeración de visitantes, los vehículos de los comerciantes y sus enseres “dificultan a los servicios de Protección Civil el poder atender cualquier conato de incendio que se produzca en los garajes o en las viviendas” del entorno.

Pero la nueva ordenanza no solo supone una modificación de la ubicación sino también una regulación completa del desarrollo de la actividad, es decir, dimensiones, horario, infracciones, licencias y otros aspectos.

En este sentido, uno de los requisitos que se establece es que “cualquiera de las modalidades de venta del Rastro estará sujeta a la obtención previa de la preceptiva autorización municipal”, con lo que los 631 puestos que actualmente lo componen han de iniciar los trámites oportunos para obtenerla.

Asimismo, se especifica que el Rastro iniciará su actividad a las 8.30 horas y que concluirá a las 15.00, con una hora adicional antes y después para el montaje y retirada de los puestos. Además, estos, que han de ser de carácter desmontable, solo podrán ocupar dos metros por dos, dos metros por tres, o dos metros por cuatro; y, en ningún caso, la altura total excederá los 2,5 metros.

Prohibiciones

Entre las prohibiciones que se establecen está la de aparcar el vehículo del titular en su respectivo puesto, salvo para la instalación y montaje del mismo, y no deberán hacer uso de megáfonos o altavoces. En este sentido, los puestos dedicados a la venta de música podrán disponer de equipos reproductores, aunque sin ningún tipo de altavoz sino dotados de auriculares para la audición de los clientes.

Además, no se podrán vender animales ni artículos no autorizados, como artificios pirotécnicos, pinturas o disolventes, combustibles, o productos varios que requieran refrigeración o que, por sus características, conlleven riesgo sanitario, salvo que la venta se realice en vehículos tienda debidamente adecuados, homologados y autorizados, entre otros varios.

En base a esta nueva ordenanza, corresponde al Ayuntamiento las potestados reglamentaria, autorizatoria y sancionadora en relación al Rastro. Asimismo, “podrá disponer el traslado de los puestos a otro lugar, la ampliación y/o reducción de los mismos e incluso su total supresión, sin que ello de lugar a indemnización alguna”.

INFRACCIONES

Sanciones hasta los 3.000 euros

La nueva ordenanza establece sanciones que pueden alcanzar hasta los 3.000 euros en función de la gravedad de la infracción. Así, las leves contemplan multas de hasta 750 euros. Algunas de las que se consideran faltas leves son la ausencia de limpieza en el puesto y su entorno o la no instalación del mismo durante tres jornadas sin causa justificada, entre otras. Las infracciones graves, con multas de hasta 1.500 euros, suponen el incumplimiento del horario establecido, la utilización de aparatos musicales, megafonía o altavoces, o la venta de artículos no permitidos, entre otros. Finalmente, se consideran infracciones muy graves el carecer de la autorización municipal, la falta de respeto o amenazar a otros titulares o transeúntes o la venta de artículos falsificados, entre otros. La multa puede alcanzar los 3.000 euros y suponer la revocación de la autorización concedida.