El Cabildo, a través del Área de Industria y Comercio que dirige Rocío Arredondo, en acuerdo con los artesanos de Lanzarote, ha elegido a Hortensia Pérez Abreut, de Los Valles (municipio de Teguise), como artesana del año 2013. El homenaje a Hortensia Pérez Abreut tendrá lugar el viernes 13 de septiembre, a las 19:00 horas, en el escenario cubierto del patio central de la XXV Feria Insular de Artesanía. La homenajeada de esta edición del 25 aniversario es una habitual de la Feria lanzaroteña, a la que durante años ha acudido con sus productos, auténticos y genuinos, hechos a mano.
En Los Valles nació, y allí ha transcurrido toda su vida. Pasó años muy duros, porque quedó huérfana de madre cuando sólo tenía once años, además de que así era la vida antes en esta isla, muy dura. Aunque había entre sus familiares quienes sabían hacerlos, asegura Hortensia. "Aprendí yo sola. Nadie me enseñó a hacer sombreras. Desarmé uno que tenía mi madre para ver cómo estaba hecho y le hice una a un muñeco de trapo que tenía...”. “Son muchas horas y mucho trabajo -explica- los que lleva hacer una sombrera. Desde preparar el palmito y abrirlo con una aguja, hasta hacer la empleita (el trenzado) y luego ir cosiéndolo y dándole la forma”. “Una sombrera -añade- lleva catorce brazas de empleita. Se tardan unos cinco días en hacerla, y trabajando bien, sin dormirte mucho...”.
La artesana del año en Lanzarote es innovadora, dentro del margen que tienen una técnica y una modalidad tan tradicional como las que ella trabaja. “Además de las sombreras, que son de palmito, hago esteras de palma que también son tradicionales, y luego he ido haciendo bolsos y monederos de palmito, y les pongo un forro de tela”. Dentro de esta corriente de adaptación a las nuevas necesidades, Hortensia elabora cestitas y sombreras pequeñas a modo de souvenir, “que se lleva la misma gente de aquí para colgarlos de los espejitos de los coches, o bien los turistas como recuerdo de la isla”. En cualquier caso, como afirma la artesana de Los Valles, “es mucho el trabajo que lleva hacerlos y muchas horas de dedicación. Tantas que siempre serán muy, muy baratos, ya que su precio nunca alcanzará su valor real”. Es lo que tienen los productos auténticos. Los de Hortensia y los que elaboran los demás artesanos, son genuinos y representan la tradición y la idiosincrasia de cada lugar. No son baratijas...