Hasta el momento se han encontrado en este solapón huesos humanos correspondientes a al menos tres individuos, dos adultos y un niño, además de vestigios culturales como vasijas con motivos aborígenes y cuentas de collar.
Por su parte, el consejero de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo, Juan Jiménez, explicó que el hallazgo “supone un hito en la arqueología de la isla puesto que, desde que se descubrieran en 1979 los huesos de un adulto y un niño en una cueva de Villlaverde, los mismos que ahora se exponen en el Museo del Molino de Antigua, no se localizaba en Fuerteventura un enterramiento aborigen de estas características”. ”Los avances en la metodología arqueológica, permitirán identificar adecuadamente estos restos y, con ello, arrojar algo de luz sobre la cultura prehispánica y el modo de vida de los antiguos pobladores de la isla”, agregó.
Mientras, la aparición de este yacimiento se remonta a casi un año atrás, cuando un ganadero de la zona localizó lo que parecían ser los restos de un cráneo humano en el interior de una pequeña cueva situada en la ladera de uno de los valles de Jandía. El Departamento de Patrimonio Histórico del Cabildo ha destacado también la “importantísima” colaboración que ha prestado no sólo este ganadero, sino también la Guardia Civil, que se ha encargado de la vigilancia del yacimiento y ha facilitado las labores de identificación del mismo hasta confirmarse el origen arqueológico de los restos.
Esta primera fase permitió identificar los restos de tres individuos, dos adultos y un niño, además de una vasija de cerámica con decoración incisa asociada a la cultura de los mahos. Asimismo, la segunda prospección, que comenzó hace aproximadamente dos semanas, es la que está realizando actualmente un equipo multidisciplinar que dirige también Tibicena y que integran una antropóloga de esta empresa y dos arqueólogas de Fuerteventura, Rosa López y María Castañeyra, encargadas del levantamiento del yacimiento.
En esta segunda fase se han localizado cientos de restos óseos -incluidas piezas dentales, muy importantes para identificar aspectos como la alimentación o la genética de los individuos- que será necesario clasificar, destacando especialmente el hallazgo de dos cuentas de collar que confirman la existencia de un enterramiento ritual en este contexto sepulcral colectivo. Finalmente, los sondeos continuarán hasta que el levantamiento alcance la base de la cueva, por lo que no se descartan nuevos hallazgos.
El método arqueológico científico utilizado en este yacimiento permitirá aplicar por primera vez los procesos más avanzados a un enterramiento aborigen localizado en Fuerteventura. Una vez finalicen los sondeos y el levantamiento de los restos, diferentes tipo de muestras serán enviados a varios laboratorios para su análisis detallado. Las pruebas radiocarbónicas (de Carbono 14 o C14) permitirán situar el yacimiento en un ámbito cronológico concreto y delimitado, algo que hasta el momento no se había realizado con éxito en Fuerteventura en lo que respecta a un enterramiento humano. Por otro lado, el análisis del ADN de los huesos permitirá conocer la filiación genética entre los individuos de este enterramiento colectivo. También el estudio de los isótopos estables posibilitará el conocimiento de su dieta. Desde una perspectiva antropológica, el estudio de los huesos realizado por especialistas utilizando técnicas como la tomografía permitirá investigar el estado biomecánico de los huesos y su adaptación al territorio.
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