Hermana repasó durante la primera parte del pregón su infancia y adolescencia, iniciando un viaje hacia el pasado para rememorar sus primeros recuerdos del municipio. Posteriormente continuó el relato hacia su adolescencia y madurez, en el que continuaron sus relatos personales y sus primeros pasos en la vida social de Valsequillo. Esta última, siempre marcada por la interrelación con sus vecinos y la participación en la vida municipal, tanto social, como cultural y política, aunque esta última efímera. La carga emocional del acto fue intensa durante toda su duración. Como no podía ser de otra manera, la música, a cargo de la propia protagonista, hizo acto de aparición para elevar aún más la intensidad emocional de la noche.
La gran sorpresa sucedió ya al final del pregón, cuando los antiguos participantes del Grupo Roque Grande, un colectivo cultural de jóvenes tutelados por Hermana hace más de 20 años, se reencontraron nuevamente y, como homenaje, bailaron nuevamente como ella les había enseñado décadas atrás. El propio alcalde de Valsequillo, Francisco Atta, antiguo participante del colectivo Roque Grande, se sumó al baile que todos aprendieron como niños, y que el viernes repitieron como adultos.
El alcalde de Valsequillo, Francisco Atta, expresó a la conclusión del acto su satisfacción por el gran pregón leído por Hermana, así como por la nostalgia y emotividad que tuvo el mismo. “El pregón ha sido para conservarlo en la historia de Valsequillo. Ha sido un acto muy emotivo, donde se ha palpado nuestra canariedad y las costumbres de Valsequillo. Nos ha llegado al corazón. Yo soy uno de esos chicos del proyecto comunitario Roque Grande y me llena de orgullo formar parte de esa parte de la historia de Valsequillo”, indicó.
Por su parte, la protagonista, aún sobrecogida por la gran noche vivida, agradeció el honor recibido y confesó que jamás olvidará ese acto. “Me siento emocionada, sorprendida. No me esperaba las sorpresas. Cuando vi el cuerpo de baile, no sabía si llorar o reír. Esos momentos fueron muy lindos, quizás los más importantes de mi vida. Al principio pensé que no iba a ser capaz, pero al final, siguiendo el consejo de mis amigos, lo he podido hacer. Quiero agradecer a todas las personas que me han arropado y ayudado a hacer este pregón. Esto es inolvidable, no se me olvidará nunca en la vida”, expresó emocionada.
Almendra de plata. El acto también sirvió para hacer entrega del máximo galardón que entrega Valsequillo cada año: la Almendra de Plata. Este año, el premio recayó en la Agrupación Folklórica Lomitos de Correa, en reconocimiento a su trayectoria musical y a la conservación del folklore en el municipio. También, y a título póstumo, a don Antonio Sánchez Peñate, por su trayectoria y compromiso con el Rancho de Ánimas de Valsequillo.
La noche concluyó con un concierto del timplista Germán López, acompañado por su banda: Carlos Martín, Héctor Salazar, José Enrique Rodríguez y la alumna invitada, natural de Valsequillo, Laura Martel.