Tras estudiar Derecho y Filosofía y Letras en las Universidades de Zaragoza y Madrid durante su destierro en España, su vida se convierte en un constante deambular por Estados Unidos y por diferentes países hispanoamericanos, entre ellos México, Guatemala y Venezuela, donde expande sus ideas revolucionarias y su compromiso con la libertad y la democracia para su país y para toda América. Decidido a dar inicio en 1895 a la contienda contra España, tras firmar con el dominicano Máximo Gómez el llamado Manifiesto de Montechristi, programa de la guerra, se embarca para Cuba, y a los pocos días de su arribada, el 19 de mayo de 1895, le dispararon varios soldados españoles en Dos Ríos, cerca de Palma Soriano en el Oriente Cubano, causándole la muerte.
Martí en sus poemas, crónicas y ensayos mezcló lo real y lo maravilloso, lo arcaico y lo moderno. La amalgama de todos los tiempos, de todas las razas, de lo legendario y de lo histórico, de muchos elementos heterogéneos y, no obstante, vinculados entre sí, se convierten en el tema por excelencia de la literatura americana. Dentro de él, la tierra natal de su madre, las Islas Canarias, formó siempre parte de su cosmos cultural como girón de su experiencia vital y segmento esencial de la identidad cubana.
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