Se da la circunstancia de que no se suele prender en él ninguna alhaja o joya, como símbolo de sobriedad y aflicción, aunque la Virgen sí lleva en torno a su cara el rostrillo de diario (cuajado de piedras preciosas), y no el de gala (mucho más valioso, de perlas y esmeraldas). Recordemos que la primera vez que aparece en los inventarios de su ermita una prenda de vestir perteneciente a la imagen es el 12 de julio de 1534, donde se dice: una toca de seda vieja.
Tan sólo se viste con este conjunto morado con motivo del fallecimiento del Jefe de Estado, del Papa, del Obispo de la Diócesis, del Párroco del Santuario, del Capellán de Honor de la Virgen y, como decisión excepcional, en 1984 con ocasión del fallecimiento de Alberto José Fernández García. Había sido una persona muy vinculada a la Virgen y al Santuario, con el que siempre mantuvo una estrecha colaboración. Recordemos que, durante muchos años, este polifacético palmero tuvo a su cargo el alto honor de aderezar y vestir a la Sagrada Imagen. Con absoluto desinterés, además, hizo multitud de diseños y asesoró en temas histórico-artísticos a los responsables del templo. Entre muchos de sus trabajos se encuentra el galardonado Real Santuario Insular de Nuestra Señora de Las Nieves (Editorial Everest, León, 1980).
ASIETA tan sólo ha sido expuesta a la veneración de los fieles con estos ropajes en nueve puntuales ocasiones: tras la muerte del General Francisco Franco (1975); de los Papas Pablo VI (1978), Juan Pablo I (1978) y Juan Pablo II (2005); del mitrado Luis Franco Gascón (1984); ahora del Obispo Emérito Felipe Fernández (2012); de los clérigos Andrés de las Casas Guerra (1992, antiguo párroco) y de Luis Van de Walle Carballo (1987, anterior capellán de la Virgen; actualmente lo es Elías Yanes Álvarez, Arzobispo Emérito de Zaragoza) y Alberto-José Fernández García (1984).
Este hermoso traje fue expuesto durante la V Muestra de Arte Sacro titulada «Misterios de Muerte y Resurrección», que tuvo lugar en el Real Santuario -por aquel entonces estaba siendo remozado-, en el marco del V Centenario de la Fundación de Santa Cruz de La Palma. Allí se dio cita una multitud de público -los visitantes superaron el número de veinte mil-, que apreció el valioso catálogo compuesto de 250 impresionantes obras de arte de los siglos XVI al XX (esculturas, pinturas, grabados, orfebrerías y tejidos). Tuvo lugar desde el 25 de abril al 17 de mayo de 1993. El vestido de Pasión o Duelo pudo ser admirado en el bajo coro (lado de la plaza) en el que también se ubicaban Las Dolorosas, el Cuadro de la Divina Pastora y algunos otros vestidos de la Señora de La Palma.
Tan pronto fue nombrado el nuevo Papa Benedicto XVI, la Morenita cambió de vestimenta para la Fiesta de las Madres, fundada en el año 1971. Se trata de la segunda celebración mariana más solemne del año en el Santuario, después del 5 de agosto, onomástica de la Virgen de Las Nieves.
Volviendo al asunto que nos ocupa, Nuestra Señora de Las Nieves, aderezada como emperatriz, conserva en su riquísimo vestidor numerosos trajes suntuosos, de todos los colores, para responder a todos los tiempos litúrgicos.
Ortega Abraham nos informa de que vestida de pasión la contempló Pedro Alvarez de Lugo Usodemar (1628-1706), que bordó una excepción en su obra lírica y filosófica, los únicos versos religiosos que se le conocen, y que explican en siguiente introito:
Colocó en suntuoso mausoleo la insigne
¿El verter perlas la aurora
¿Por estar el sol de frente
Más de luz vital escaso
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. ORTEGA ABRAHAM, Luis. «La Señal del Reo y María de Los Dolores», en Programa de la Semana Santa 2006, Santa Cruz de La Palma, 2006.
. POGGIO CAPOTE, Manuel. «De tanto corazón la fe rendida: la Virgen de las Nieves y la cultura popular. Notas históricas y etnográficas», María y es la nieve de su nieve. Favor; esmalte y matiz, Servicio de Publicaciones de la Caja General de Ahorros de Canarias, publicación nº. 459, Colección Arte nº. 85, 2010.