Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Castañas asadas.

Miércoles, 24 de Octubre de 2012
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 441

Se acerca noviembre, se acerca la Navidad... y en Canarias ya huele a castaña asada, una sencilla receta para un resultado exquisito de un producto que no puede faltar en los diferentes acontecimientos, en las distintas reuniones y en las variadas fiestas de esta época del año.

 

 

Históricamente el canario ha sabido aprovechar los frutos de la tierra para su subsistencia o alimentación. Las castañas asadas fueron alimento de pastores o de la gente de nuestros campos, que aprovechaban el fuego para calentarse al mismo tiempo que para comer.

 

Estas castañas asadas, en el rescoldo de una buena brasa, han formado parte de un ritual muy ligado a muchas creencias y supersticiones populares, como preludio de la Navidad, y han estado vinculadas a costumbres diabólicas de brujas condenadas o a las ánimas del Purgatorio.

 

En la actualidad se han recuperado muchas de estas manifestaciones cercanas a la costumbre de celebrar, con castañas asadas y buen vino, o una copita de anís (por aquello del frío), como la Noche de Finaos, las Visitas del Niño Jesús, los Ranchos de Ánimas, el Día de la Castaña, las aperturas de las bodegas en o incluso al pasear por muchas de nuestras calles, donde todavía podemos encontrar algún puesto de vendedor de castañas, como es el caso de doña Antonia Déniz Torres en Teror (Gran Canaria).

 

En los últimos años se traen las castañas de la Península, pero la castaña canaria de las Medianías de nuestras Islas siempre ha gozado de enorme fama por su exquisitez y sabor.

 

Doña Antoñita asando castañas en Teror (Fuente: Fedac)

 

La receta de las Castañas Asadas. Hay muchas recetas o formas de hacer las castañas en el horno, en el microondas… pero la base de las castañas asadas son unas buenas brasas y unas buenas castañas, lógicamente. En cuanto a los ingredientes de esta receta sencilla, son los siguientes: Castañas al gusto, sal gorda y/o fina. También es conveniente una pala de madera para ayudar a removerlas.

 

Preparación. Para ello previamente se les corta la piel con una incisión poco profunda por un lateral o esquina para evitar que exploten al asarse. Las castañas se ponen con o sin sal, al gusto. Hay quien primero les echa sal gorda y luego sal fina, para que quede más sabrosa. Se deben ir removiendo las castañas, o agitarlas según se vayan asando, para que se vayan haciendo todas y de forma homogénea. Se suele decir que, para que el sabor sea mejor, el fuego tiene que ser vivo o las brasas fuertes. Una vez asadas, se puede pelar fácilmente.

 

En el ambiente familiar siempre se ha usado una cazuela artesanal de barro con agujeros para la transmisión del calor, o un viejo sartén de la cocina. En nuestras calles, o en determinadas ceremonias o fiestas populares, encontramos enormes braseros o tambores giratorios.

 

Que las disfruten, que es la época.

 

 

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