La obra, cuyo título encabeza esta breve reseña, constituye la Tesis Doctoral del Doctor en Geografía por la Universidad de La Laguna, don Fernando Sabaté Bel. Se distribuye en dos tomos, teniendo una extensión de 1.190 páginas. Fue publicada por el Instituto de Estudios Canarios. Y se presentó en el Centro Cultural de los Cristianos (Arona) el pasado septiembre de 2012, encargándose de ello la escritora Isabel Medina Brito y el etnógrafo Manuel J. Lorenzo Perera.
Para quienes hemos sido testigos fieles y directos de la historia, se trata de una de las Tesis más completas y aportativas de cuantas se han presentado en la Universidad de La Laguna. Con ella -en la que resalta la riqueza etnográfica- Fernando Sabaté revolucionó la Ciencia de la Geografía en la Universidad, la humanizó colocando sobre el paisaje al mago y a la maga -chicos y grandes- con sus penas y alegrías, sus trabajos y sus fiestas.
En Fernando Sabaté hemos admirado siempre su rigor, su compromiso social y haber tenido el valor de sublimar la oralidad cultural metiéndola de lleno en la Universidad, dignificando su ámbito mediante el discurso de la voz del Pueblo. ¿Es posible imaginar el paisaje -recuperar su historia- sin contar con los agricultores, pastores y pescadores, los auténticos artífices y actores del mismo? Eso lo ha conseguido con creces y estilo Fernando Sabaté, dando fe de ello la gran cantidad de textos orales y etnotextos (155) que inserta en medio de su amena disertación bibliográfica.
Por esas y otras cosas nos alegra y emociona el trabajo -pulcro y meritorio- del Profesor Sabaté. Tan sabroso como un guiso de pargo fresco, acompañado de papas palmeras de Icor, una pelota de gofio amasado al puño, pan de Tamaimo y vino blanco afrutado y fresquito de las medianías.