Se equivocan nuestros gobernantes muy gravemente con el recorte anunciado del 65% del presupuesto de Cultura para 2012, porque están atentando contra el Patrimonio Inmaterial de los canarios. La Cultura está recogida en tratados internacionales como un bien de máxima protección. Decir Cultura es hablar de cada uno de los valores que un pueblo posee. Un pueblo sin Cultura es un pueblo sin capacidad de reflexión ni de ningún tipo de conquista, está condenado. Invertir en ella es tan necesario como hacerlo en Educación.
Pero los beneficios que aporta no solo son intangibles, también crea empleo. En la puesta en escena de un espectáculo intervenimos mucha gente (productores, directores, autores, actores, músicos, diseñadores, técnicos de iluminación y sonido, publicistas, etc.), damos trabajo a empresas de alquileres de equipos y servicios como imprentas, sastrerías, carpinterías, cerrajerías, hoteles, etc. y generamos movimiento económico en los teatros en venta de entradas y alrededor de ellos en bares y restaurantes, por poner algunos ejemplos. El gobierno tiene que invertir en Cultura porque somos rentables a todas luces. Cualquier estudio serio sobre el desarrollo económico de una población contempla el Ocio y la Cultura como uno de los motores básicos. Un recorte del 65% del presupuesto sería acabar con el 90% del empleo que genera, siendo optimistas.
Ya la Cultura ha sufrido recortes estos últimos años. En el caso concreto de las Artes Escénicas el presupuesto estuvo congelado la última década. No aumentó ni en los años de bonanza, siempre fue insuficiente. De manera que quitarle ese porcentaje a una cantidad que ya era escasa es dar la puntilla a prácticamente todos los programas puestos en marcha por la Viceconsejería de Cultura. En ese sentido, parece muy complicada la posición de el viceconsejero Alberto Delgado, porque de terminar el presidente atándole las manos de esta manera, la única salida en su caso sería dimitir. No se entendería que siguiera en su puesto tratando de defender lo indefendible convirtiéndose también en cómplice de una decisión política para la que cualquier descalificación se queda corta. Lo mismo diríamos del sector de la Cultura, si no es capaz de movilizarse ante una agresión de este calibre.
No se nos puede tachar de insolidarios. Los empresas productoras de Artes Escénicas de Canarias hemos hecho un gran sacrificio los últimos años. Después de los recortes de presupuesto realizados en su momento, acordamos con la Viceconsejería de Cultura del Gobierno Autónomo la interrupción provisional de las ayudas a la producción para tener un circuito regional en mínimas condiciones. Hemos asumido los costes de producción de nuestros espectáculos en su totalidad y tenemos en el circuito regional el único modo de amortizar las inversiones, porque los ayuntamientos y cabildos han disminuido drásticamente su aportación.
Hasta finales de 2011 se mantendrá esta situación en que las empresas hemos conseguido mantenernos a flote a duras penas. Después será otra historia. De consumarse el recorte anunciado del 65% del presupuesto de Cultura del Gobierno de Canarias será una catástrofe. No podemos sobrevivir sin la inversión pública, como les sucede a otros sectores profesionales. Sin embargo, y que quede bastante claro, nosotros no recibimos ayudas. La mayoría somos empresarios autónomos que cobramos sueldos de miseria por el trabajo que realizamos, la mayor parte de las veces en condiciones paupérrimas. Y esto no es nuevo, lo hemos sufrido siempre. Además de que tenemos las mismas obligaciones y pagamos los mismos impuestos y tributos que cualquier empresario. Por tanto, tenemos derecho a exigir que se reinvierta en nosotros la riqueza que generamos y al presidente Paulino Rivero y a su socio en el gobierno José Miguel Pérez que den marcha atrás a esta disparate irresponsable que están a punto de perpetrar.