Revista n.º 1074 / ISSN 1885-6039

Unas 30.000 personas acompañan a los caballos y jinetes en la Fiesta de San Sebastián.

Domingo, 23 de enero de 2011
Redacción BienMeSabe
Publicado en el n.º 349

La festividad de San Sebastián en Adeje volvió a ser protagonizada, el pasado jueves 20 de enero, por la pericia y habilidad de los caballos y sus jinetes al adentrarse en el mar, en espectáculo asombroso que combina el amor por los animales y la superación personal con la veneración y ofrenda al Santo Copatrono del municipio.

Caballos y jinetes en el mar durante la celebración de San Sebastián en Adeje (Tenerife).

 

Más de 30.000 personas llegadas tanto de los barrios adejeros como de todo el Sur de Tenerife, e incluso de toda la isla, se mezclan en este día con los numerosos turistas que han acudido a la cita atraídos por una celebración singular y propia de Adeje y que se desarrolla en la zona conocida como La Enramada en La Caleta. Desde la Iglesia dedicada a San Sebastián partieron en procesión animales y personas acompañando a la venerada imagen hasta el mar, momento en el que los animales se adentran en él, algunos con más osadía que otros, para demostrar su habilidad con las riendas del caballo. Pero no sólo son caballos los que han acompañado al santo, también se han visto bueyes, vacas, ovejas e incluso perros, llegando a sumar más de medio centenar. Como es tradicional, el santo ha alcanzado la orilla del mar y lo reverencian, momento tras el cual todos los fieles han procedido a persignarse con el agua marina.

 

El alcalde de Adeje y el grupo de gobierno compartieron, como cada año, esta jornada de fiesta con los vecinos y vecinas de Adeje. El alcalde, José Miguel Rodríguez Fraga, explicó que “esta es una de las romerías más antiguas que conocemos en el Sur de la isla, se remonta hasta principios de 1.500, incluso sospechamos que este era un lugar de culto previo a la Conquista y que luego se ha mantenido a lo largo del tiempo adaptándose a cada momento. Es una romería muy auténtica y entrañable que tiene ese sabor de lo genuino. La celebración ha adquirido en los últimos tiempos una nueva dimensión, al encontrarse ubicada dentro del núcleo turístico. Para los adejeros es el reencuentro con su tradición, con sus orígenes, con su historia, aquí está el origen del pueblo y la llegada de la cultura cristiana. Aquí están los tres lugares de culto más importantes de Adeje, también fue una zona por donde se realizaba el tráfico de mercancías”.

 

El alcalde aseguró estar convencido de la permanencia de la Fiesta de San Sebastián en el tiempo, “incluso aunque el Ayuntamiento no organizara nada, aunque el cura no viniera, la celebración seguiría haciéndose porque es una convocatoria espontánea que además va cogiendo cada vez más auge. Es muy interesante y animador ver la gran participación de la gente joven, al contrario de lo que se suele pensar, es sensible a este tipo de tradiciones y el enraizamiento con su entorno".

 

Desde primera hora de la mañana los peregrinos fueron llegando al lugar para ocupar los mejores puestos, tanto para ver el espectáculo de los jinetes en el mar, como las zonas de sombra para la comida posterior. Además, algunos grupos y colectivos, entre ellos el taller de empleo Infotur, partieron a las nueve de la mañana desde la calle Grande en Adeje, caminando por el Sendero de la Virgen hasta San Sebastián en un recorrido de cinco kilómetros.

 

Mientras tanto, la docena de ventorrillos situados en torno a la Iglesia iba preparando la comida que ofrecerían con posterioridad las típicas garbanzas, la carne en fiesta, la carne de cabra, la paella, etc., rehogado todo con unos buenos caldos de la isla. El mediodía era la hora marcada para el inicio de la misa, Las autoridades eclesiásticas que participaron en esta cita fueron los párrocos de Adeje, Manuel Navarro y José Domingo González, el rector del Cristo de La Laguna, Carlos González Quintero, así como otros párrocos de la isla. También asistió Julio Sánchez, antiguo párroco de Adeje y que además participó en la construcción de la Iglesia de San Sebastián, que en este año 2011 cumple 50 años.

 

Tras la misa, la procesión se inició hasta llegar al mar desde donde, después del espectáculo de los caballos, la santa imagen fue transportada a hombros hasta el Humilladero, un lugar especial de Adeje al ser el sitio donde se encontró la imagen de la Virgen de la Encarnación, Patrona del municipio. Durante el regreso de San Sebastián a su Iglesia, una última parada, ante la plaza, para que los animales pudieron recibir la tradicional bendición por parte de los curas quienes remojaron alegremente a todos los asistentes.

 

La fiesta no terminó ahí, ya que los ventorrillos esperaban con todo listo, la llegada de los hambrientos y sedientos fieles, quienes disfrutaron hasta bien entrada la noche de la gastronomía y la buena música.

 

Como es habitual dentro del Plan de Seguridad del Municipio de Adeje para este tipo de eventos, se desplegó todo el dispositivo necesario, con miembros de la Policía Local y Protección Civil, para que la jornada transcurriera con total normalidad.

 

La Historia. Los campesinos y ganaderos de Tenerife le profesan una gran devoción a su Santo Patrono, San Sebastián, pero de manera muy especial a la talla que se encuentra en el litoral adejero. A esta imagen se le atribuyen numerosos milagros y curaciones, por lo que desde tiempo remoto, no sólo los hombres y las mujeres del campo y la ganadería, con sus peculiares ofrendas, acuden a la vieja ermita y al templo anexo, sino también personas de todas las edades y oficios con la esperanza de una rápida recuperación de la salud, en unos casos, o para solicitar o cumplir una promesa, en muchos otros.

 

Asimismo, es de destacar que los actos que se festejan en La Enramada brindan la ocasión para que la numerosa colonia gomera residente en esta parte de la isla se pueda reunir, ya que, además de San Sebastián, Patrono de la capital colombina, el viejo templo alberga en su interior una réplica exacta de la Patrona de La Gomera, la Virgen de Guadalupe.

 

Esta festividad propicia un encuentro en el que jóvenes y mayores reviven una tradición que resalta lo religioso, además de contribuir al fortalecimiento del espíritu de convivencia entre los habitantes de la comarca.

 

 

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