Se trata de la única incursión del poeta gomero en el mundo dramático. Es una pieza de tintes freudianos, escrita hacia 1930, constituida en ocho cuadros, cuyos tercero, cuarto y quinto son tres posibilidades de una misma situación.
La obra recorre los temas que inquietaron y motivaron la poesía de García Cabrera a lo largo de toda su vida: el amor, la política, la insularidad, los tiempos modernos, la vanguardia, el humor, la crítica descarnada y la lucha de clases, en un tiempo que presagiaba la gran tragedia que años más tarde habría de desembocar en la Guerra Civil.
Dirigida por César Yanes, la coreografía corresponde a Antonio Jaster y la música a Juan Carlos León Mosco. La ficha artística es la siguiente:
Ulises Hernández (Pintor / Esposo / Bibliotecario)
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