Tras la presentación del libro hubo un concierto muy especial durante el cual se interpretaron las mismas piezas musicales, de autores como Mozart, Verdi o Bach, que figuraban en el programa original del estreno de la pieza teatral, representada por primera y parece que única vez en 1910, en el Teatro Pérez Galdós, a cargo del grupo Los Doce.
Este programa, que se volvió a interpretar cien años después, fue coordinado y dirigido por María Isabel Torón y Luis García, con Nauzet Mederos al piano y la participación del Coro de Cámara Mateo Guerra, de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.
La obra. La cena de Betania es la única pieza teatral que se conserva íntegramente en la producción literaria de Tomás Morales. Escrita a comienzos de 1910, no vio la luz impresa hasta 1955 en que el profesor Sebastián de la Nuez la dio a conocer como parte de un estudio titulado Tomás Morales, autor teatral, publicado en el Anuario de Estudios Atlánticos en 1955.
El objetivo del Cabildo de Gran Canaria con esta iniciativa es difundir una edición actualizada de la obra teatral del genial escritor. No había sido publicada de forma independiente hasta la presente edición. La reciente aparición de un manuscrito en un archivo particular ha permitido ofrecer una versión nueva de la obra, más fidedigna a las anteriores del autor, pues el documento presenta un estadio posterior, aunque próximo en el tiempo, al manuscrito autógrafo que se había venido utilizando en las ediciones anteriores. La edición crítica de Perdomo se ha fundamentado en dicho manuscrito, a la vez que se han cotejado todos los documentos existentes referidos a esta obra, que ha sido editada por la Institución insular con la intensión de fijar, cumplidos ya más de cien años desde su elaboración y representación, un texto que pueda ser considerado definitivo.
El argumento de La cena de Betania está basado en el pasaje bíblico que cuenta la visita de Jesús de Nazaret, camino de Jerusalén, a la casa de Simón el Fariseo, donde perdona sus pecados a María Magdalena y narra la parábola del hombre que tuvo clemencia a aquel que le debía dinero. Más que una pieza dramática en sí, es un cuadro o poema escénico.