El resto de su poesía tiende más a exaltar la serenidad idílica del paisaje y a manifestar una sensualidad vitalista. Preocupado también por los asuntos de la independencia americana, escribiría, en 1852, “Oda a la paz de dos repúblicas del Río de la Plata”. Su único libro, Cantos de un canario, es de 1854.