En esta erupción se produjo un cambio sustancial en el modo de ver y entender estos fenómenos en Canarias, en la manera con que fue gestionada la crisis volcánica por parte de las autoridades civiles y militares, e incluso, en los recursos utilizados para minimizar al máximo los riesgos asociados a la erupción. Las palomas tuvieron un protagonismo indudable en esta erupción, su uso como herramientas de mensajería estuvieron presentes tanto en el inicio de la erupción como en su desarrollo; por lo tanto, son utilizadas como un símbolo que ayuda a identificar a esta erupción.
A la vista del tremendo calado que este acontecimiento marcó a las gentes del lugar, el Ayuntamiento de Santiago del Teide (Tenerife) promovió el año pasado la creación y puesta en marcha de la Comisión del Centenario del Chinyero formada por representantes de dicha corporación y extensible a representantes de otras corporaciones vecinas, de colectivos culturales de la Comarca, como el colectivo Arguayo, de profesores de centros de enseñanza del municipio y de miembros de la comunidad científica relacionados con instituciones investigación científica como la Universidad de La Laguna y la Fundación Canaria ITER.
Desde el punto de vista religioso, desde hace 101 años se celebra, como ya es tradicional, el tercer domingo de cada mes de noviembre una concentración vecinal-popular donde se lleva la imagen religiosa de Santa Ana de Tamaimo acompañada por otras imágenes de diferentes barrios del municipio, como se realizó el mismo año de la erupción, a la zona de El Calvario en Las Manchas, lugar donde, cuenta la leyenda, se detuvo la lava a pocos metros de los núcleos de población al postrar sobre el avance de la lava la imagen de Santa Ana de Tamaimo. Desde entonces, cada año y con gran calado religioso, se llevan las imágenes al lugar donde se paró la lava.
El acto de hoy, 21 de noviembre, comenzará, aproximadamente, a las 12:00 horas, con la tradicional misa de conmemoración, en la cual estará presente parte de la corporación local, con su alcalde, Juan Damián Gorrín Ramos, a la cabeza. Posteriormente, se realizará la escenificación de la erupción volcánica para, a continuación, realizar una gran parranda canaria de celebración en el lugar con la que se festeja el no avance de la lava hacia la población existente.