Sin duda, ser uno de los hijos de Gustavo Winter marca carácter y conlleva un compromiso ineludible; y el autor, que se confiesa enamorado de Jandía y Fuerteventura, no puede alejarse de esa impronta que recibiera desde la cuna. Ese amor a la segunda patria de sus mayores le lleva a salir al paso para ofrecernos nitidez donde hasta ahora, por diversas circunstancias, sólo ha habido oscuridad y fantasías, según al autor.
Con el rescate de la descripción histórica de Cofete realizada en marzo de 1863 por Justo P. Villalba, Juan Miguel Winter nos hace planear por los parajes de su niñez, para luego hablarnos de las apañadas, aportar datos sobre los medianeros, sus trabajos y viviendas, y para conducirnos a unos años en que la agricultura y la ganadería eran, principalmente, los motores de la economía insular, donde el marisqueo y la pesca tenían un carácter meramente complementario. El autor, como se ha dicho, también echa mano de alguno de los apuntes históricos sobre Cofete escritos en 2004 por Rosario Cerdeña Ruiz, en homenaje a Francisco Navarro Artiles.
Gustavo Winter fue un apasionado amante de la fotografía y la documentación, y su hijo, nuestro autor, desempolva los archivos familiares para aportar la suficiente información para dejar claro lo que movió a su progenitor para construir en Cofete la casa familiar (chalet), que muchos han tildado, a lo largo de los años, de auténtica fortaleza.
Juan Miguel Winter evoca asimismo los juegos de su niñez en Cofete y nos revela cuánto se pagaba por semana a los trabajadores que en 1947 participaron en la construcción del chalet familiar. También ahonda en las costumbres y tradiciones de los habitantes del Sur de Fuerteventura, agricultores y ganaderos en su mayor parte.
Como colofón a este primer acercamiento a la historia de Cofete, Juan Miguel Winter Althaus nos relata el devenir de una campana de acero de más de una tonelada de peso que arribó a la playa antes de una tormenta muy sonada.
El alcalde de Pájara señala en el prólogo que este libro-cuaderno de apuntes es también un homenaje a Gustavo Winter, ese ingeniero generoso capaz de plantar plantas eléctricas en Argentina, la Península y Gran Canaria; cuya llegada al Sur de Fuerteventura supuso, por su contribución a la consolidación de los asentamientos humanos en la península de Jandía, un antes y un después.
El autor.
Hijo primogénito del matrimonio de Gustavo Winter con Isabel Althaus, Juan Miguel se licencia en Derecho por la Universidad de La Laguna, donde más tarde se doctora. Pese a que cuenta con despacho profesional en Madrid y Gran Canaria, nunca se ha alejado por mucho tiempo de Fuerteventura, en cuya capital mantiene hoy en día un bufete.
Experto en Derecho Matrimonial, Procesal, Bancario y Bursátil, su fascinación por Cofete y el Sur de la isla de Fuerteventura le obliga a robar tiempo a su carrera profesional y a su vida social y familiar para ordenar los archivos familiares, en los que encuentra documentos y fotografías de alto valor histórico, capaces de acabar con muchas de las falsas leyendas -según autor- que enturbian la realidad de lo que simplemente fuera la pasión de un ingeniero alemán por establecerse en el primer asentamiento humano de Jandía.
Amante del senderismo, la caza y la pesca, fue nadador del Club Metropol de Las Palmas de Gran Canaria, con el que obtuvo varios campeonatos de España y de Europa. Casado en segundas nupcias con la grancanaria Ana María Martín, tiene ocho hijos. Asesor jurídico del Ayuntamiento de Pájara en alguna ocasión, de compañías aseguradoras y bancos, también colabora profesionalmente con consulados, empresas turísticas, instituciones, organismos y entidades deportivas.
FOTO: Gustavo Winter en un reportaje de la publicación alemana Stern, en 1971 (http://www.villawinter.com/)