La edificación (en torno al año 1517) y segunda fundación de la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios en su actual emplazamiento (la primera, en el margen izquierdo del barranco de Las Angustias), constituye el hito fundamental en la formación del casco urbano de Los Llanos de Aridane (La Palma) y el eje primordial del asentamiento de la población, favorecido por el repartimiento de solares y la urbanización de calles.
En opinión del investigador Dr. Jesús Pérez Morera, en la publicación Razones de un Centenario (1999), «la elección del nuevo lugar para construir la iglesia -después de su primera ubicación en la ladera sur del barranco de Las Angustias- sin duda vino determinado por su situación en el centro de la comarca del valle de Aridane y fuera del ámbito señorial de los heredamientos de Tazacorte y Argual y por su relación con la ruta de comunicación más importante de la isla, es decir, el camino real que unía la ciudad -Santa Cruz de La Palma- con Tazacorte».
Fuera de la jurisdicción cerrada y privada de las haciendas de Argual y Tazacorte comenzó la colonización por humildes campesinos y labradores. Los nuevos pobladores comenzaron a ocupar tierras yermas, más altas al discurrir del canal de agua que desde la Caldera de Taburiente regaba los cañaverales de Argual y Tazacorte. Las medianías del valle de Aridane comenzaron a producir, en secano, trigo, vid y árboles frutales. De este modo, se consolidó la división entre los poderosos, poseedores del agua y las mejores tierras, y el campesinado, avecindado en la zona media y alta del Valle.
Interior del templo (foto de Cebrián)
La configuración del templo de Nuestra Señora de los Remedios es de planta basilical de tres naves, con techumbres de madera y teja y pilares achaflanados en las divisiones interiores, considerándose en su conjunto de estilo mudéjar. Cuenta con el mejor suelo original de «enladrillado de madera» de los pocos que se conservan en La Palma. En 1683 se adquirieron tablones de un estanque para tapar 57 tumbas y en 1686 ya se encontraban cubiertas 221. Se sabe que los vecinos acudían a la Caldera a cortar pinos con el objeto de enladrillar a partir de este curioso material.
El exterior consta de sencillas paredes de piedra y argamasa recubiertas de cal, con cuatro contrafuertes, dos a los pies y dos en los laterales. El campanario, a modo de torre-fortaleza, fue construido a finales del Seiscientos por el maestro pedrero Matías Rodríguez, natural del lugar.
Sobre la advocación de la Virgen de los Remedios se cuenta una leyenda, recopilada por el escritor Pedro Hernández Hernández (1910-2001), Cronista Oficial de la ciudad. Cuenta que el Adelantado de Castilla, Alonso Fernández de Lugo, después de la derrota sufrida en el lugar de Adamancasis (El Paso), se retiró a Los Llanos. Allí, en el campamento de invierno, estudió con sus capitanes el definitivo asalto al jefe aborigen Tanausú, y en su desesperación parece que exclamó: «No encuentro fácil el remedio para acabar con la dureza y poderío del príncipe de Aceró». Al escucharle, una joven mujer dijo con voz clara y dulce: «La Señora del Cielo tiene remedio para todo». Castellanos y aborígenes cristianizados no olvidaron la oración de aquella mujer y, terminada la Conquista, erigieron una pequeña ermita dedicada a Nuestra Señora de los Remedios en las inmediaciones del río de la Caldera o barranco de Las Angustias.
Virgen de Los Remedios
(foto de MRQ)
La imagen de la Virgen de los Remedios, del segundo tercio del Quinientos, es una magnífica talla flamenca traída por los primeros colonos, portadores del arte de sus tierras de origen. La Virgen lleva sobre el brazo derecho, tapado con el manto, al Niño desnudo; éste acaricia el mentón de su madre y ella, a su vez, le ofrece una pera, símbolo del misterio de la Encarnación. La imagen emana majestuosidad y elegancia, y ternura su sereno mirar. En un artículo publicado en el programa de las fiestas patronales de 2002, la Dra. en Historia del Arte Constanza Negrín Delgado, profesora de la Universidad de La Laguna, apunta que bien pudo ser el acaudalado benefactor del templo, Jácome de Monteverde -nacido en Colonia (Alemania)-, quien hubiese importado esta imagen de «connotaciones renanas y rasgos estilísticos de innegable origen brabanzón -y más concretamente, bruselenses y antuerpienses-».
De tres calles y dos cuerpos, el retablo mayor del templo de Los Remedios, de estilo barroco, sufrió modificaciones durante siglos. Construido a finales del siglo XVIII, en 1972 fue dorado y enriquecido con nuevas tallas. Presidido por la imagen de La Patrona en el nicho central, en las hornacinas laterales figuran las tallas de San José y San Juan Nepomuceno, de escuela palmera y sevillana respectivamente. En su piso superior, sendos relieves de San Pablo y San Pedro rememoran su simbología como cabezas de la Iglesia.
Ofrenda a la Virgen de Los Remedios, La Patrona (foto de MVH)
En la visita en 1778 del doctor Domingo de Franchy a la Parroquia de Los Remedios, se refiere a la imagen de la Virgen de Los Remedios y dice que se encontraba en «un nicho capaz y bien ejecutado en que está colocada la imagen de Nuestra Santísima Señora con el título de los Remedios que es la titular y patrona de dicha parroquia y lugar cuya escultura es hermosa y devota». Con este documento se acredita que desde antiguo se le otorgaba a la Virgen aridanense el calificativo de Patrona, de «dicha parroquia y lugar». En esos años el lugar de la demarcación eclesiástica ocupaba tierras de mar a cumbre, e incluye, evidentemente, a los actuales municipios de El Paso y Tazacorte.
La Virgen de Los Remedios es conocida en todo el territorio insular como La Patrona. No es necesario decir su nombre; con éste basta, porque los palmeros la han llamado así desde tiempo inmemorial.
Foto de portada: Nuestra Señora de Los Remedios, La Patrona, de Los Llanos de Aridane (La Palma). Autor: F. Quintero.
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