Ingenio casco acogió ayer el primero de los pasacalles multicolor programados para la presente edición, con salida desde La Cantonera hacia la Plaza de La Candelaria. Posteriormente, en este emplazamiento que se quedó pequeño para albergar a los numerosos espectadores, el alcalde de Ingenio, Juan Díaz, el concejal de Cultural, Juan Rafael Caballero, y el director del Festival, David Castellano, hicieron entrega a todos los grupos participantes de un presente realizado en cerámica por uno de los artesanos del municipio sureño, en señal de agradecimiento por su contribución a este acto, aprovechando la ocasión el primer edil de la villa para “desear a todos los que nos visitan que disfruten de este municipio y de nuestro festival”.
A continuación dio comienzo una actuación por parte de cada grupo extranjero, abriendo el espectáculo La Magia del Pacífico hawaiano con “Hoe Ana”, una bonita danza polinesia que cuenta la historia de los habitantes en búsqueda de nuevas tierras guiados por las estrellas, celebrándolo con bailes y haciendo sonar con fuerza sus tambores.
La embajada cultural de Méjico fue la siguiente en ocupar el escenario con una representación dividida en tres partes. La primera de ellas fue el ritual “Danza del venado”, una alegoría a la caza de este animal, practicada por los indios Serís de Sanora y los Yakír de Sinaloa en el desierto al Oeste de Méjico. La segunda pieza interpretada por el grupo Alianza de Monterrey fue el baile de “La bruja” del estado de Veracruz, en el que las mujeres, de noche iluminándose con velas, van en busca de sus amores. Y por último, el baile del “Zapateado”, originario de Veracruz, una danza que se ejecuta a capella para hacer escuchar los tacones de los zapatos, los cuales reemplazan el sonido de los tambores que en su época fueron prohibidos por el Virrey al ser considerados ritmos paganos.
Seguidamente llegó la fuerza, el ritmo y el colorido del Ballet Folklórico de la Amazonia (Brasil) con una estampa indígena que representó la forma de vida de estas comunidades y con “Frutos del mar”, que con una puesta en escena a base de la vestimenta habitual de faena, aderezada con grandes velas que simbolizaban sus barcos, y a falta de los animales marinos, supuso un tributo a este regalo de la naturaleza.
El cierre estuvo a cargo de Panamá, Música y Baile, que para esta ocasión exhibió un baile de la región de Azuero, titulado “La Espina”, donde se disputa el amor de una dama en duelo a pie plano, con el zapateo. Después llegaron “Molienda”, alusivo a la cosecha y molienda de la caña; “Costeña”, un baile representativo de la costa donde el trabajador de la pesca celebra el regreso de la faena; y, por último, “Chorrera”, perteneciente a la región Este de la ciudad, en el que el meneo de las caderas de las mujeres enamora al hombre.
El espectáculo continuará esta tarde en Carrizal con un desfile por la Avenida Carlos V, a partir de las 20:30 horas, y con una nueva actuación de los grupos extranjeros en el Centro Cívico.